El Peor Libro del Mundo
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Colores, un joven llamado Tomás. Tomás era un curioso explorador y soñador que siempre se preguntaba si existía algo extraordinario en su vida cotidiana. Un día encontró un libro viejo y polvoriento titulado "El Peor Libro del Mundo" en la biblioteca del pueblo. Mientras lo hojeaba, Tomás pensó: -
¡Qué nombre más extraño! ¿Cómo puede un libro ser el peor del mundo?
Intrigado, comenzó a leer. En las primeras páginas, descubrió historias sobre criaturas fantásticas y paisajes maravillosos, pero también había historias que lo hicieron reír, como las aventuras de un gallo que quería ser un pez. Tomás se rió y pensó que quizás el libro no era tan malo después de todo.
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¿De verdad es tan terrible, este libro? -le preguntó a su amiga Sofía, quien se acercó y miró con curiosidad la portada del libro.
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¡No! Parece súper divertido -respondió Tomás emocionado.
Sofía decidió unirse a la lectura y juntos se sumergieron en un mundo lleno de personajes excéntricos. Un día, encontraron una historia que hablaba de un mago llamado Enigma, cuyo poder era hacer que todo lo efímero se convirtiera en vida eterna. A pesar de su grandioso poder, Enigma se sentía triste porque no comprendía la belleza de lo efímero.
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¿Qué significa efímero? -preguntó Sofía.
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Significa que algo dura poco tiempo -explicó Tomás con un guiño.
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Pero eso también significa que es precioso, ¿no? -reflexionó Sofía, pensativa.
Los dos amigos decidieron buscar a Enigma en el mundo de su libro. Tras una búsqueda llena de sorpresas, llegaron a un claro donde el mago estaba sentado, preocupado.
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¡Hola, Enigma! -gritaron. -
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¿Quiénes son ustedes? -inquirió el mago, con voz profunda.
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Somos Tomás y Sofía, y hemos leído sobre ti. ¿Por qué estás tan triste?
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Porque no entiendo por qué las cosas son efímeras. ¡Quiero que todo dure para siempre! -suspiró Enigma.
Los niños se miraron y luego Sofía dijo:
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Enigma, lo efímero nos enseña a valorar cada instante. ¡Las cosas más bellas son las que pasan rápido! Como un atardecer.
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Es verdad -asintió Tomás-. Los momentos inefables son aquellos que simplemente no se pueden describir. Son tan hermosos que, a veces, no hay palabras para ellos.
El mago se quedó en silencio, meditando estas ideas. -
- Nunca lo había pensado de esa manera. Tal vez mi poder no debería ser hacer eterno lo efímero, sino disfrutarlo mientras dura.
Con una sonrisa, Enigma les agradeció a los niños por abrirle los ojos. Decidió usar su magia para crear momentos especiales, pero para disfrutarlos antes de que se desvanecieran. Desde ese día, el mago organizó fiestas de atardeceres llenas de música y risas.
Tomás y Sofía regresaron al pueblo, llevando consigo las enseñanzas del mago. Compartieron su experiencia con otros niños, mostrando que lo efímero no es algo negativo, sino una oportunidad para vivir intensamente.
Así, el "Peor Libro del Mundo" se convirtió en un tesoro para todos, recordando que la belleza de la vida está en la impermanencia de los momentos que valen la pena. Y, a veces, los peores libros pueden estar llenos de las historias más mágicas.
Y así terminan las aventuras de Tomás, Sofía y el inefable Enigma, un mago que aprendió a disfrutar lo efímero y a celebrar la vida con alegría.
FIN.