El pepino presumido



Había una vez en el huerto de la señora Rosa, un tomate llamado Tomi, una lechuga llamada Luli, una cebolla llamada Ceci, una zanahoria llamada Zara y una botella de sal llamada Salvi.

Siempre estaban juntos y se llevaban muy bien. Pero un día, algo inesperado sucedió. Todo comenzó cuando llegó al huerto un nuevo vegetal: un pepino llamado Pepe. Desde el primer momento en que Pepe llegó, empezaron los problemas.

A diferencia de los demás vegetales del huerto, Pepe era muy presumido y siempre quería ser el centro de atención. Un día soleado mientras todos disfrutaban del calor del sol en el huerto, Tomi propuso hacer una carrera para divertirse.

Todos estuvieron emocionados con la idea excepto Pepe. "¿Por qué deberíamos correr? Yo no necesito demostrar nada a nadie", dijo Pepe con arrogancia. Los demás vegetales se miraron entre sí sorprendidos por la actitud negativa de Pepe.

"Pero Pepe, solo queremos pasar un buen rato juntos", respondió Luli preocupada. Pepe rodó sus ojos y se alejó sin decir nada más. Los demás decidieron seguir adelante con la carrera sin él y se divirtieron mucho corriendo por todo el huerto.

Al finalizar la carrera, celebraron juntos comiendo unas ricas frutas frescas que encontraron cerca del árbol de manzanas.

Sin embargo, cuando regresaron al lugar donde dejaron a Salvi, descubrieron algo terrible: ¡la botella de sal estaba vacía!"¡Oh no! ¿Qué haremos ahora sin Salvi?", exclamó Ceci con tristeza. "No te preocupes, Ceci. En el huerto hay muchas plantas y seguro encontraremos una solución", dijo Tomi tratando de animarla.

Decidieron buscar ayuda y preguntaron a las demás plantas del huerto si sabían cómo conseguir sal. Pero nadie tenía una respuesta para ellos. Estaban muy preocupados hasta que llegó un pequeño ratón llamado Roco.

Roco les explicó que había visto a Pepe llevándose la botella de sal mientras todos estaban corriendo la carrera. "¡Ese Pepe es un verdadero tramposo!", exclamó Zara con indignación. Los vegetales decidieron confrontar a Pepe y pedirle que devolviera la botella de sal. Cuando lo encontraron, le pidieron explicaciones sobre su comportamiento egoísta y deshonesto.

Pepe se sintió avergonzado y admitió haber tomado la botella de sal porque quería ser especial en el huerto. "Lamento mucho mi actitud, chicos. Me dejé llevar por mi vanidad y egoísmo", confesó Pepe arrepentido.

Los demás vegetales aceptaron sus disculpas, pero le recordaron lo importante que era trabajar juntos como equipo en el huerto. Todos acordaron darle otra oportunidad a Pepe, pero bajo la condición de que nunca más volviera a hacer algo así.

A partir de ese día, los cinco vegetales aprendieron una valiosa lección sobre humildad, amistad y trabajo en equipo. Juntos lograron encontrar una nueva botella de sal para reemplazar a Salvi y continuaron prosperando en el huerto de la señora Rosa.

Y así, Tomi, Luli, Ceci, Zara y Pepe demostraron que aunque cada uno era único a su manera, la verdadera grandeza se encontraba cuando trabajaban juntos como un equipo.

Desde aquel día, el huerto nunca volvió a ser el mismo y todos los vegetales vivieron felices y en armonía para siempre.

FIN.

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