El Pequeño Explorador del Espacio



En el año 3023, un niño llamado Tomás vivía en una pequeña ciudad llamada Nueva Tierra. Tomás siempre soñaba con explorar el espacio, así que un día, mientras paseaba por el parque, encontró un objeto extraño que brillaba bajo el sol. Era una pequeña nave espacial en miniatura. Curioso, la tocó y, de repente, se abrió una puerta.

"¡Hola! Soy Zico, un robot espacial de exploración. ¿Quieres acompañarme a ver el universo?" - dijo un pequeño robot azul que salió de la nave.

"¡Claro!" - respondió Tomás emocionado. Juntos, subieron a la nave y, en un instante, despegaban hacia las estrellas. A medida que viajaban, Zico le mostró planetas de colores vibrantes y criaturas extraordinarias.

"¿Qué es ese lugar?" - preguntó Tomás al ver un planeta cubierto de árboles de caramelos.

"Es el Planeta Dulcelandia. Allí, la gente vive de la armonía y el respeto por la naturaleza", explicó Zico.

De pronto, una alarma sonó en la nave. "¡No! Estamos en peligro, tenemos que ayudar a los habitantes de Dulcelandia. Un monstruo de chicle está destruyendo los árboles."

Tomás y Zico no dudaron en salir y enfrentarse al monstruo. Combinando su ingenio, construyeron un enorme cañón de aire que desinfló al monstruo de chicle. Todos en Dulcelandia aplaudieron y festejaron juntos.

"Gracias, Tomás. Has demostrado que incluso los más pequeños pueden hacer cosas grandes cuando se trata de ayudar", le dijo Zico.

Los amigos se despidieron, y Tomás prometió regresar algún día. Al volver a casa, llevaba en su corazón un mensaje: cada uno de nosotros tiene el poder de ser un héroe en su propio mundo.

FIN.

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