El pequeño gigante del fútbol
a Horacio y a sus amigos. Estos chavales eran mayores y siempre buscaban problemas con los más jóvenes. "Ey, mirad a esos enanitos jugando a la pelota", se burló uno de ellos.
Horacio y sus amigos decidieron ignorarlos y seguir disfrutando del juego. Pero los chicos mayores no paraban de molestarlos.
"Oye, tú", dijo otro de los chavales dirigiéndose a Horacio, "¿crees que puedes jugar al fútbol siendo tan bajito?"Horacio sintió una mezcla de tristeza y enfado al escuchar esas palabras. Siempre había sido un poco más bajo que el resto, pero eso no le impedía ser bueno en lo que hacía. Decidió enfrentarse a aquellos chicos mayores con valentía y determinación.
"No importa mi estatura, lo importante es cómo juego", respondió Horacio sin perder la calma. Sus amigos lo miraron sorprendidos por su actitud tan segura de sí mismo. Los chavales mayores se quedaron callados por unos segundos.
Luego, uno de ellos soltó una carcajada. "¡Ja! Mira qué graciosito tenemos aquí", dijo burlonamente mientras empujaba a Horacio. Sin embargo, Horacio no se dejó intimidar. Sabía que tenía habilidades en el fútbol que podían sorprender a cualquiera.
Así que decidió retarlos a un partido: él contra todos ellos. Los chicos mayores aceptaron el desafío pensando que sería fácil ganarle al —"enano" . Pero estaban equivocados. El partido comenzó y desde el primer minuto Horacio demostró su destreza en el campo.
Con sus habilidades, logró marcar un gol tras otro, dejando boquiabiertos a los chavales mayores. "¡Vaya! No esperaba que fueras tan bueno", admitió uno de ellos sorprendido. Horacio continuó jugando con pasión y determinación.
Sus amigos también se unieron al partido y juntos formaron un equipo imparable. Al final del partido, Horacio y sus amigos habían ganado por goleada. Los chicos mayores no podían creerlo.
"Eres increíble", dijo uno de ellos acercándose a Horacio, "no importa tu estatura, eres un verdadero campeón". Desde ese día, Horacio se convirtió en una inspiración para todos los niños del parque. Les enseñó que no importa cómo te vean los demás, lo importante es creer en ti mismo y demostrar tu talento.
Horacio siguió practicando y mejorando su juego de fútbol. Con el tiempo, logró ser seleccionado para jugar en equipos profesionales y representar a su isla en importantes competencias.
La historia de Horacio se volvió conocida en todo Tenerife como ejemplo de superación y perseverancia. Él demostró que no hay obstáculo grande cuando tienes confianza en tus habilidades y trabajas duro para alcanzar tus sueños.
Y así fue como Horacio se convirtió en una leyenda viva del fútbol canario, recordado por siempre como el pequeño gigante que nunca dejó que su estatura definiera su grandeza.
FIN.