El pequeño Messi


En un pueblo de Argentina, vivía un niño llamado Tomás, quien era un apasionado del fútbol. Todos los días, corría detrás de un balón y practicaba sus habilidades en el patio de su casa. Su mayor sueño era jugar en el equipo de su localidad y demostrar su talento como su ídolo, Lionel Messi.

Un hermoso día, la abuela de Tomás lo llevó a ver un partido en la cancha local. El equipo de Tomás estaba jugando y de repente, uno de los jugadores se lesionó. El entrenador estaba preocupado, ya que necesitaban un jugador más para completar el equipo. La abuela de Tomás no dudó en proponer a su nieto. El entrenador dudó al principio, porque Tomás era muy pequeño, pero la abuela convenció al entrenador de darle una oportunidad.

-Tomás, ¿te gustaría jugar con nosotros? -preguntó el entrenador.

-¡Sí, por supuesto! -respondió Tomás emocionado y agradecido por la oportunidad.

El partido continuó y Tomás demostró su gran habilidad para el juego. Corría por el campo, regateaba a sus oponentes y anotaba goles increíbles. El público se maravillaba con su talento y comenzó a animarlo con entusiasmo. El equipo de Tomás ganó el partido, y él se convirtió en el héroe del día.

Después del partido, el entrenador se acercó a Tomás y le dijo: -¡Eres increíble, Tomás! Nunca subestimaré a alguien por su tamaño. Has demostrado que la pasión y el talento no tienen límites.

Desde ese día, Tomás se convirtió en un jugador clave para su equipo. Siempre recordaba el apoyo y la confianza que su abuela y el entrenador depositaron en él. El pequeño Messi, como empezaron a llamarlo, siguió practicando y esforzándose para llegar lejos en el fútbol, con la esperanza de un día convertirse en un gran jugador, al igual que su ídolo, Lionel Messi.

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