El pequeño y valiente Gadiel
Había una vez un niño llamado Gadiel, quien era conocido por ser muy travieso. Siempre estaba buscando alguna travesura para hacer y no le gustaba mucho obedecer a su mamá.
Un día, mientras su mamá le pedía que se quedara en casa y terminara sus tareas, Gadiel decidió ignorarla y salir a jugar con sus amigos. Pensó que no pasaría nada malo si se escapaba un ratito. Gadiel corrió hasta el parque donde siempre jugaba con sus amigos.
Pero esta vez, algo inesperado ocurrió: mientras jugaban al fútbol, la pelota se fue directo hacia la calle. Sin pensarlo dos veces, Gadiel salió disparado detrás de ella sin darse cuenta del peligro que corría.
Justo en ese momento pasaba un auto a toda velocidad por la calle. El conductor intentó frenar pero era demasiado tarde.
¡Gadiel estaba en peligro! Afortunadamente, un hombre valiente que caminaba cerca vio lo que estaba sucediendo y corrió rápidamente para salvar a Gadiel. Lo agarró justo a tiempo antes de que el auto lo atropellara. Gadiel estaba asustado y temblando por todo lo ocurrido.
El hombre valiente lo llevó de regreso al parque y llamaron a su mamá para contarle lo sucedido. Cuando llegó su mamá, abrazó fuertemente a Gadiel y le dijo: "¡Gracias a Dios estás bien! Nunca más vuelvas a desobedecerme así".
Gadiel sintió mucha vergüenza por haber desobedecido a su mamá y por haber corrido tanto peligro. Prometió en ese mismo momento que sería más obediente y cuidadoso a partir de ese día. A medida que pasaba el tiempo, Gadiel cumplió su promesa. Aprendió a escuchar y respetar las instrucciones de su mamá.
Ya no se metía en problemas ni buscaba travesuras para hacer. Con el tiempo, Gadiel se convirtió en un niño responsable y amable.
Ayudaba a su mamá con las tareas del hogar y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. La historia de Gadiel nos enseña la importancia de obedecer a nuestros padres y cuidarnos a nosotros mismos.
A veces, podemos pensar que desobedecer es divertido o emocionante, pero debemos recordar que nuestras acciones pueden tener consecuencias graves. Desde aquel día, Gadiel comprendió lo valioso que era su vida y siempre recordó el susto que pasó por no obedecer. Siempre fue un ejemplo para sus amigos, enseñándoles la importancia de escuchar y respetar las reglas.
Y así, Gadiel creció felizmente sabiendo que había aprendido una lección importante gracias a su travesura.
FIN.