El perezoso inquieto



Había una vez en la selva un perezoso llamado Pancho. Pancho era conocido por ser el perezoso más inquieto de la selva. Mientras todos los demás animales se preparaban para dormir, Pancho seguía despierto, trepando de un árbol a otro y jugando sin parar. Sus amigos, el mono y la lora, siempre le decían:

- Pancho, ya es hora de dormir. Mañana será otro día lleno de aventuras.

Pero Pancho no quería escuchar. Prefería pasar la noche entera jugando. Un día, el sabio búho de la selva, Doña Lechuza, vino a hablar con Pancho.

- Pancho, ¿por qué no quieres dormir? - preguntó la sabia lechuza.

- Porque me aburro cuando duermo, Doña Lechuza. Quiero seguir divirtiéndome y explorando la selva - respondió Pancho.

Doña Lechuza le explicó que el descanso era muy importante para la salud y el bienestar. Le contó que, durante el sueño, el cuerpo se recupera y se fortalece, permitiendo que esté listo para nuevas aventuras al día siguiente. Pancho, un poco incrédulo, decidió darle una oportunidad al sueño.

Esa noche, Pancho se esforzó por quedarse quieto y cerrar los ojos. Al principio le costó, pero poco a poco fue relajándose y finalmente se durmió. Al despertar, se sintió renovado y lleno de energía. Desde ese día, Pancho entendió la importancia de dormir y balanceó su tiempo entre la diversión y el descanso. Sus amigos se alegraron de verlo más feliz y saludable. Y juntos, continuaron explorando la maravillosa selva.

FIN.

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