El Periódico Mural de los Derechos
En una pequeña escuela en el corazón de una ciudad bulliciosa, un grupo de niños estaba emocionado por el proyecto que se había propuesto en clase: crear un periódico mural. La profesora Sofía había decidido que este periódico se llamaría 'Puedo hacer las cosas diferentes', y el tema sería promover los derechos humanos entre ellos mismos y sus familias.
'Chicos, ¿qué les parece si todos participamos?'' - propuso Sofía con una sonrisa.
'Tan bueno, profe!'' - gritó Tomás, un niño de siete años, entusiasmado. - 'Podríamos incluir historias sobre cómo ayudar a otros.’
'¡Sí! Y también sobre ser amables con todos, sin importar quiénes sean' - dijo Ana, su amiga del lado.
Con esa idea en mente, comenzaron a trabajar. En cada rincón del salón, se podían ver grupos de niños discutiendo, escribiendo y dibujando. Las ideas fluían como el agua de un río.
Armando y Lucas decidieron que querían hablar sobre la importancia de la amistad. 'Podemos hacer una sección llamada 'Amistad es...'' - mencionó Armando.
Lucas agregó: 'Y podríamos incluir entrevistas a otros chicos sobre lo que significa para ellos ser amigos.’
Mientras tanto, la sensible y creativa Valentina tenía una visión diferente. - 'Me gustaría hablar sobre la diversidad. Todos somos diferentes y eso es genial. Quizás podamos dibujar un mural con dibujos de todos nosotros juntos.'
La profesora Sofía escuchaba a sus alumnos con atención, orgullosa de que cada uno de ellos trajera sus ideas. A medida que pasaban los días, el periódico murales empezaba a tomar forma.
Sin embargo, un día, un giro inesperado ocurrió. En la hora de recreo, un grupo de niños de otro salón empezó a burlarse de Valentina por la ropa que llevaba puesta. La niña se sintió triste y comenzó a dudar de sí misma. Cuando Sofía se enteró de lo sucedido, reunió a todos los niños en el aula.
- 'Muchachos, ¿por qué creen que lastimar a una persona puede ser algo divertido?'' - preguntó Sofía, mientras miraba a toda la clase.
Los niños se miraron entre ellos, algunos sonrojándose. Tomás, que siempre era muy honesto, levantó la mano. - 'Creo que a veces no nos damos cuenta de que con nuestras palabras podemos hacer daño.'
- 'Exacto, Tomás. Las palabras pueden ser muy poderosas. A partir de hoy, vamos a hacer un compromiso en el periódico mural. Vamos a incluir un apartado que hable sobre cómo todos podemos contribuir a un ambiente más inclusivo y respetuoso'' - decidió Sofía.
Los niños trabajaron aún más motivados. Valentina se sintió apoyada y, a raíz de la situación, compartió un poema que había escrito sobre la diversidad y la aceptación. El grupo decidió que sería la pieza central del mural. La sección se llamaría 'La Belleza de Ser Diferente'.
Cuando finalmente el periódico mural estuvo terminado, todo el salón se llenó de risas y colores. Había ilustraciones, historias, y la sección más destacada, que contaba sobre la amistad, el respeto y cómo entender y aceptar las diferencias de los demás.
El día de la presentación, padres y maestros fueron invitados. La confianza de todos los chicos brillaba mientras relataban sus historias. Después de que Valentina leyó su poema, todos aplaudieron emocionados y se pusieron de pie.
- 'Valoramos cada una de nuestras diferencias,' - añadió valientemente Valentina, - 'y es por eso que necesitamos cuidarnos y defendernos unos a otros. Podemos hacer las cosas diferentes, ¡y eso es lo que nos hace únicos!'
La presentación fue un éxito y el periódico mural se quedó en el aula todo el año. Más allá de ser un simple proyecto, les ayudó a entender que promover los derechos humanos comienza desde adentro y que cada uno podía hacer de su entorno un lugar mejor.
Así, los alumnos del salón de la profesora Sofía no solo aprendieron sobre los derechos humanos, sino que también aprendieron a ser mejores amigos, a ser más inclusivos y a crear un espacio donde todos se sintieran aceptados. Y todo comenzó con una idea simple: 'Puedo hacer las cosas diferentes'.
FIN.