El perrito de los sueños
Era una mañana soleada y Clara, una niñita llena de curiosidad, despertó con una gran sonrisa en su rostro. - ¡Hoy es un día perfecto para una aventura! - se dijo a sí misma. Pero antes de salir, aún tenía que ir a la escuela, lo que no le gustaba mucho.
Mientras se preparaba, su imaginación voló lejos. En su mente, comenzó a soñar con un encantador perrito que vivía en un bosque mágico.
En este mundo de ensueño, Clara caminaba entre árboles llenos de colores vivos y flores que cantaban al ritmo del viento. De repente, un pequeño perrito de pelaje suave y ojos brillantes apareció de entre los arbustos.
- ¡Hola! Soy Max, el perrito de los sueños. - dijo el perro con una voz alegre.
- ¡Hola, Max! ¿De verdad puedes cumplir deseos? - preguntó Clara, maravillada.
- ¡Claro que sí! Por cada deseo que pidas, te llevaré a una nueva aventura. - explicó Max.
Clara, emocionada, pensó en su primer deseo. - ¡Quiero volar como un pájaro!
Y en un abrir y cerrar de ojos, Clara y Max se elevaron hacia el cielo. Vieron paisajes espectaculares: montañas, ríos y un arcoíris que parecía un puente entre las nubes.
- ¡Esto es increíble! - gritó Clara entre risas.
Después de un rato, decidieron volver al suelo. Clara, con su corazón rebosante de felicidad, pensó en un nuevo deseo. - Quiero hablar con los animales del bosque.
Max agitó su cola y de repente todos los animales se acercaron: un adorable conejito, un sabio búho y hasta un grupo de ardillas traviesas.
- ¡Hola, Clara! - saludó el búho. - Nos alegra que estés aquí. ¿Sabías que tenemos un secreto mágico?
- ¡¿Qué secreto? ! - preguntó Clara intrigada.
- El bosque tiene una fuente que concede un último deseo, pero solo si logras responder un acertijo. - dijo el conejito.
- ¡Estoy lista! - exclamó Clara.
Entonces, el búho le presentó el acertijo: - ¿Qué es lo que siempre está delante de ti, pero nunca lo puedes alcanzar?
Clara pensó y pensó hasta que, de repente, le salió una gran sonrisa. - ¡Es el futuro!
- ¡Correcto! - dijo el búho. - Ahora puedes pedir tu último deseo.
Clara cerró los ojos y reflexionó. Quería algo especial. - ¡Deseo que todos los niños del mundo nunca dejen de soñar!
Al instante, el bosque brilló con una luz dorada y Max ladró feliz. - ¡Ese es un deseo maravilloso, Clara!
Justo cuando todo parecía perfecto, Clara sintió que el viento la envolvía. Poco a poco, el mágico bosque comenzó a desvanecerse.
- ¡Max! No, no quiero que esto termine. - gritó ella.
- Las aventuras nunca terminan en el corazón, Clara. Siempre que sueñes, me encontrarás. - le dijo Max mientras desaparecía.
En ese momento, Clara sintió una suaves manos que la despertaron. - ¡Clara, es hora de ir a la escuela! - le dijo su mamá.
Clara se despertó con una gran sonrisa y recordó todo lo que había vivido. - ¡Mamá, hoy voy a soñar aún más grande!
Su mamá la miró con curiosidad. - ¿Y qué has soñado?
- ¡De un perrito mágico que cumple sueños! - dijo Clara mientras se preparaba para el día.
Desde ese día, Clara jamás dejó de soñar. En la escuela, en casa, y en cada rincón de su vida, siempre se acordó de Max, el perrito de los sueños, y de que, aunque a veces parezca difícil, los sueños pueden llevarte a las aventuras más increíbles.
Y así, Clara aprendió que la imaginación no solo es divertida, sino que también tiene el poder de hacer que la vida sea espléndida y llena de alegría.
FIN.