El perrito del cuartel



Era un día soleado y Nacho y Octi estaban muy emocionados. Hoy era el día en que visitarían a su papá bombero en el cuartel.

Los dos hermanos se prepararon temprano en la mañana, se pusieron sus camisetas de bomberos y tomaron un desayuno rápido antes de salir corriendo hacia el cuartel. Cuando llegaron, fueron recibidos por su papá que estaba feliz de verlos.

Les mostró todo el lugar, desde los camiones hasta las herramientas utilizadas para apagar incendios. Nacho y Octi estaban fascinados por todo lo que veían. "Papá, ¿cómo apagan los incendios?" preguntó Nacho. "Bueno hijo, tenemos diferentes métodos dependiendo del tipo de fuego.

Usamos agua para apagar llamas pequeñas o extintores químicos si hay una fuga eléctrica" respondió su papá mientras les mostraba las diferentes herramientas. Luego de la explicación, Papá Bombero tuvo que atender una emergencia repentina.

Los niños no podían acompañarlo pero prometió volver pronto para seguir con la visita guiada. Mientras esperaban regresara su padre, los niños decidieron explorar el lugar por su cuenta.

Caminaron hacia una habitación donde encontraron algo inesperado: Un perrito sin hogar había entrado al cuartel buscando refugio del sol abrasador afuera. Nacho y Octi sabían exactamente qué hacer porque habían aprendido sobre los perros abandonados en clase hace poco tiempo. "Tenemos que ayudarlo", dijo Octi con determinación.

Los niños trataron de acercarse al perro, pero se asustó y corrió hacia una sala de almacenamiento. Nacho y Octi lo siguieron y lo encontraron escondido detrás de un estante. "No tengas miedo, perrito.

No te haremos daño", dijo Nacho con voz suave mientras extendía la mano hacia el cachorro. Finalmente, el pequeño perro confió en los niños y dejó que lo acariciaran. Nacho y Octi decidieron nombrarlo —"Fuego"  porque fue encontrado en un cuartel de bomberos.

Justo cuando estaban jugando con Fuego, Papá Bombero regresó del trabajo. Al ver al perrito, sonrió. "¡Vaya! ¿Dónde encontraron a este pequeñín?", preguntó curioso. Los niños le contaron todo sobre cómo habían encontrado a Fuego en el cuartel.

Papá Bombero estaba orgulloso de sus hijos por haber ayudado a un animal necesitado. Después de jugar con Fuego durante un tiempo más, era hora de que los hermanos se fueran a casa. Se despidieron del perro cariñosamente mientras prometían volver para visitarlo pronto.

En el camino a casa, Nacho y Octi aprendieron mucho sobre la importancia del cuidado animal así como también sobre la valentía y entrega en la labor diaria de su padre bombero.

Desde ese día en adelante, los dos hermanos siempre recordarán aquel día emocionante en el cuartel donde descubrieron no solo cómo apagar incendios sino también cómo hacer una diferencia positiva en las vidas de otros seres vivos que necesitan ayuda.

FIN.

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