El perrito Koby y su hogar de amor
Capítulo 1: El nuevo miembro de la familiaEra un soleado día de diciembre cuando Koby, un pequeño perrito pudu, llegó a su nueva casa.
Su mamita, una amable mujer llamada Carolina, lo recibió con los brazos abiertos y una sonrisa en el rostro. Carolina llevó a Koby al doctor de perritos para asegurarse de que estuviera sano y fuerte. El doctor examinó al pequeño Koby y exclamó:-¡Qué lindo eres, Koby! Eres cafecito claro con rulos.
¡Simplemente adorable! Koby movió su cola emocionado mientras miraba a Carolina con ojitos tiernos. Sabía que había encontrado un hogar lleno de amor.
De vuelta en casa, Carolina presentó a Koby al resto de la familia: su esposo Martín y sus hijos Sofía y Lucas. Todos quedaron encantados con el nuevo integrante animal. -Koby, bienvenido a nuestra familia -dijo Sofía acariciando su cabeza-. Seremos los mejores amigos. Lucas asintió emocionado y añadió:-Sí, Koby. Juntos viviremos muchas aventuras divertidas.
Y así comenzó la vida de Koby junto a su nueva familia. Cada día era una oportunidad para explorar el mundo y aprender cosas nuevas.
Capítulo 2: La gran travesuraUn día soleado, mientras Carolina preparaba el almuerzo en la cocina, escuchó risitas provenientes del jardín trasero. Se asomó por la ventana y vio algo inesperado: ¡Koby estaba jugando en medio del barro! -¡Koby! -exclamó Carolina con sorpresa y preocupación-.
¡No deberías estar jugando en el barro! Pero Koby, emocionado por su descubrimiento, no le hizo caso a Carolina y siguió revolcándose en el lodo. Sofía y Lucas se acercaron corriendo para ver qué estaba pasando. -¡Mira, mamá! -dijo Sofía riendo-.
¡Koby parece un cerdito! Lucas se unió a las risas de su hermana mientras intentaba llamar la atención de Koby. -¡Ven aquí, Koby! -gritó Lucas agitando sus manos-.
¡Vamos a limpiarte! Carolina decidió que era hora de intervenir antes de que todo el jardín quedara convertido en un desastre. Con una sonrisa en el rostro, llamó a Koby:-Koby, ven aquí. Te voy a dar un buen baño para que vuelvas a ser nuestro perrito limpio y bonito.
Koby miró a Carolina con esos ojitos tiernos que tanto la hacían derretirse. Aunque estaba disfrutando mucho su aventura en el barro, sabía que era momento de regresar al hogar.
Capítulo 3: El valor del perdónDespués del baño refrescante, Koby se encontraba tumbado sobre su camita favorita en la sala mientras todos compartían una merienda. Se sentía muy feliz junto a su familia. De repente, Martín derramó sin querer un poco de jugo sobre la alfombra nueva.
Todos miraron sorprendidos mientras Martín trataba de limpiar rápidamente. -Koby, ¿quieres ayudarnos a limpiar esto? -preguntó Sofía con una sonrisa traviesa. Koby levantó sus orejitas y se acercó lentamente a la mancha de jugo. Lamió suavemente el líquido derramado mientras todos reían a carcajadas.
-¡Mira, Koby! ¡Eres un gran ayudante! -exclamó Lucas entre risas. Carolina miraba la escena con ternura y reflexionó sobre lo importante que era el perdón en la vida.
Se dio cuenta de que Koby le había enseñado una valiosa lección: no importa si cometemos errores, lo importante es aprender de ellos y seguir adelante. Desde ese día, Koby se convirtió en el mejor amigo de toda la familia.
Juntos vivieron muchas aventuras, aprendieron lecciones importantes y compartieron un amor incondicional. Y así, el pequeño perrito pudu llamado Koby encontró su hogar perfecto donde siempre sería amado y valorado por ser exactamente como era: cafecito claro con rulos.
FIN.