El Perrito Perdido



Había una vez una profesora de inglés llamada Ana, que disfrutaba mucho dar clases a sus alumnos. Un día, mientras caminaba por el parque, se encontró con un niño llamado Tomás. - Hola Tomás, ¿cómo estás? - preguntó Ana.

- Hola profesora Ana, estoy bien. ¿Qué hace por aquí? - respondió Tomás. - Solo paseando un poco antes de ir a la peluquería. ¿Te gustaría acompañarme? Tomás asintió emocionado y juntos fueron hacia la peluquería.

Mientras esperaban su turno, vieron a un pequeño perrito perdido afuera del local. - ¡Miren ese perrito! Parece estar perdido - exclamó Ana preocupada. - Sí, pobrecito. No tiene collar ni nada - dijo Tomás acariciando al cachorro.

Decidieron esperar un rato para ver si aparecía su dueño pero nadie lo reclamó así que tomaron la decisión de llevarlo con ellos hasta encontrar a alguien que pudiera ayudarlo.

Mientras tanto en la peluquería, la conversación entre los clientes giraba en torno al idioma inglés y cómo aprenderlo mejor. - Yo nunca fui bueno en inglés - comentó uno de los clientes.

- Es importante practicarlo todos los días y no tener miedo de cometer errores - respondió Ana sonriendo amablemente. Finalmente llegó el turno de Tomás y mientras le cortaban el cabello seguían pensando qué hacer con el perrito sin hogar.

Fue entonces cuando recordaron que uno de sus amigos trabajaba en una fundación para animales abandonados y decidieron llevarlo allí. Al llegar a la fundación, el perrito fue recibido con mucho amor y cariño. Ana y Tomás se sintieron felices de haber tomado la decisión correcta.

- Gracias por ayudar a este pequeño amigo - dijo la trabajadora de la fundación. - De nada, siempre es importante ayudar a los animales necesitados - respondió Ana sonriendo.

En ese momento Tomás se volteó hacia su profesora y le dijo:- Profesora Ana, gracias por enseñarme inglés y por mostrarme cómo hacer el bien en el mundo. Me gustaría ser como usted cuando crezca. Ana se emocionó al escuchar las palabras de Tomás y lo abrazó fuertemente.

- Tú también puedes ser una persona bondadosa e inteligente si te esfuerzas todos los días - le dijo con ternura. Tomás salió de la fundación con una gran sonrisa en su rostro, sabiendo que había hecho algo bueno para alguien más.

Y así fue como aprendió que no solo es importante aprender un idioma extranjero sino también hacer el bien en el mundo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!