El perro, el filete, el grajo y el agua


En un tranquilo pueblo, vivía un perro llamado Rufus que siempre soñaba con comer un delicioso filete. Un día, mientras paseaba por el bosque, Rufus encontró un filete jugoso y apetitoso tirado en el suelo.

Antes de poder darle un mordisco, apareció un grajo astuto. -¡Ese filete es mío! -graznó el grajo con tono desafiante. Rufus, decepcionado, decidió pedir ayuda a su mamá, una perra sabia y comprensiva.

-Mamá, encontré este filete, pero el grajo dice que es suyo -explicó Rufus con tristeza. Mamá sonrió y le dijo: -Hijo, la ley de la naturaleza es compartir. Vamos a encontrar una solución justa. -propuso Mamá. Juntos, buscaron un arroyo cercano y encontraron un trozo de pan.

Llevaron el pan al grajo y le propusieron intercambiarlo por el filete. El grajo, tentado por el pan, aceptó el trueque. Una vez resuelto el problema, Rufus aprendió que la paciencia y la colaboración traen grandes recompensas.

Desde ese día, compartió sus hallazgos con los demás animales del bosque, creando amistades duraderas y alegría para todos.

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