El perro, el gato y la hermana intrépida



Era un hermoso día soleado y la familia de Lucas se había decidido a pasar el día en la playa. Lucas tenía un perro llamado Rocco y un gato llamado Nube que era la estrella del hogar. Sin embargo, cuando estaban listos para partir, Nube no aparecía por ninguna parte.

"¡Mamá, ¿dónde está Nube? !" - preguntó Lucas, un poco preocupado.

"No lo sé, cariño. Quizás esté durmiendo en su lugar preferido, en la cama de la ventana" - respondió su mamá.

Pero a Lucas no le gustó la idea de ir a la playa sin Nube. Si bien Rocco estaba emocionado por el viaje, la falta de su amigo hacía que Lucas se sintiera un poco triste.

Mientras la familia se acomodaba en la arena, Lucas miraba a su hermana, Sofía, quien se veía especialmente triste.

"¿Por qué estás tan apagada, Sofí?" - le preguntó Lucas mientras hacía castillos de arena.

"Es que Nube no está con nosotros. Siempre hace que todo sea más divertido" - suspiró Sofía.

"Es cierto, pero podemos hacer que sea un día genial aunque Nube no esté. Podemos buscar conchas, jugar a las olas y construir un castillo enorme. ¡Rocco también puede ayudarnos!" - dijo Lucas tratando de animarla.

Sofía sonrió un poco, pero aún así, extrañaba a Nube. Rocco, al ver que sus amigos estaban un poco tristes, se acercó y comenzó a correr alrededor de ellos, haciendo travesuras.

"¡Mirá lo rápido que corre Rocco! Vamos a intentar alcanzarlo!" - propuso Lucas.

Ambos comenzaron a correr tras Rocco, riendo y olvidando por un momento su tristeza. A medida que jugaban, aparecieron unos niños de la playa y se unieron a ellos. Pronto, Sofía estaba riendo y disfrutando, pero en el fondo aún extrañaba a su gato.

"Lo que más me gustaría es que Nube estuviera aquí para jugar con nosotros" - dijo Sofía mientras jugaba.

Mientras tanto, Lucas tuvo una idea brillante.

"¿Y si hacemos una llamada a Nube? Tal vez pueda sentir que lo extrañamos!" - le dijo a Sofía.

"¿Cómo hacemos eso?" - preguntó Sofía, curiosa.

"Podemos dibujarle una carta en la arena. Le contamos lo que estamos haciendo y lo mucho que lo extrañamos" - sugirió.

Ambos comenzaron a garabatear una carta enorme en la arena, con dibujos de los juegos que estaban haciendo, y palabras que decían cuánto lo querían.

Cuando terminaron, Rocco se acurrucó sobre la carta, como si quisiera enviarle buenas vibras a Nube. Abruptamente, Sofía se detuvo y miró la carta con una gran sonrisa.

"¡Esto es perfecto! Nuestro mensaje va a llegar a Nube en el viento del mar!" - dijo emocionada.

Lucas y Sofía decidieron que para hacer el día más especial, realizarían una búsqueda de conchas. Comenzaron a explorar juntos, hablando sobre las aventuras de Nube y cómo le encantaría perseguir los animales de la playa. Con cada concha que encontraban, su tristeza se iba desvaneciendo.

Finalmente, después de un largo día de juegos, su madre les llamó para preparar algo para comer.

"Vamos a hacer una comida deliciosa y, cuando volvamos a casa, podremos contárselo todo a Nube!" - dijo la madre.

Mientras contemplaban el atardecer y la brisa del mar rozaba sus rostros, Sofía tomó la mano de Lucas y dijo:

"Gracias por ayudarme a no sentirme triste, Lucas. Siempre vamos a tener a Rocco y, lo más importante, a nuestra familia".

Lucas sonrió ampliamente, sintiéndose contento de ver a su hermana tan feliz de nuevo.

Cuando regresaron a casa, Nube los estaba esperando en la puerta.

"¡Mirá, Sofía!" - gritó Lucas, saltando de alegría.

Nube se estiró, como si hubiera estado esperando a que llegaran.

"¡Hola, pichón! Vení acá" - llamaron, mientras corrían hacia él.

Nube maulló suavemente y se arrimó a los pies de Rocco. Sofía se agachó y le dio un abrazo a su gato.

"Te extrañamos un montón, Nube. Le escribimos una carta a la arena para ti!" - le dijo emocionada.

Nube miró a Sofía, rodó sobre su pancita y dejó escapar un maullido como si dijera: "Siempre vuelvo, y mientras estemos juntos, la diversión nunca se detiene".

Así, la familia aprendió que todos, incluso sus mascotas, eran parte de la aventura y que cada momento juntos era un tesoro que disfrutar.

Desde aquel día, Lucas y Sofía siempre llevaban a Rocco y a Nube en sus aventuras, asegurándose de que nunca más sintieran tristeza, porque el amor que compartían siempre ganaría.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!