El perro fiel


Había una vez un niño llamado Martín, a quien le encantaban los perros. Siempre soñaba con tener uno propio para jugar y compartir aventuras juntos. Pero lamentablemente, su tío Alberto no estaba muy convencido de la idea.

Un día, mientras paseaban por el parque, Martín vio a un perro juguetón corriendo entre los árboles. Sus ojitos brillaron de emoción al verlo y se acercó rápidamente para acariciarlo.

"-¡Tío Alberto, mira qué lindo perro! ¿Puedo tener uno igual?" -le preguntó Martín emocionado. Su tío lo miró pensativo y respondió: "-Martín, los perros requieren mucho tiempo y cuidados. No estoy seguro de que sea una buena idea". Martín no se dio por vencido tan fácilmente.

Sabía que si quería convencer a su tío, debía encontrar una manera de demostrarle que podía ser responsable. Decidió investigar todo sobre cómo cuidar adecuadamente a un perro: qué comida necesitaban, cuánto ejercicio debían hacer y hasta cómo educarlos correctamente.

También hizo algunos dibujos mostrando cómo sería su vida junto a un fiel compañero canino.

Una tarde, después de mucho esfuerzo e investigación, Martín se sentó junto a su tío en el sofá y comenzó a hablarle con seguridad: "-Tío Alberto, sé que tener un perro implica responsabilidad. He aprendido todo lo necesario para cuidarlo bien y prometo encargarme de él". El tío Alberto escuchaba atentamente las palabras del pequeño Martín y notaba lo decidido que estaba.

Finalmente, cedió y decidió comprarle un perro. Martín estaba emocionado, pensaba en todo tipo de razas de perros y cómo sería el suyo. Sin embargo, cuando llegaron a la tienda de mascotas, se encontraron con una sorpresa inesperada.

El tío Alberto eligió un pequeño cachorro animal que no era exactamente el tipo de perro que Martín tenía en mente. Era muy diferente a los que había imaginado: no era grande ni juguetón como él quería.

"-Tío Alberto, este no es el perro que quiero", dijo Martín decepcionado. Su tío lo miró con ternura y explicó: "-Martín, sé que esperabas otro tipo de perro, pero este es especial. Es cariñoso y leal.

Además, creo que aprenderás mucho de él". Martín dudaba un poco al principio, pero decidió confiar en su tío y darle una oportunidad al cachorro. Le puso por nombre —"Pelusa"  debido a su pelaje blanco y esponjoso.

Con el tiempo, Pelusa demostró ser un compañero fiel y amoroso para Martín. Juntos aprendieron muchas cosas: cómo cuidarlo adecuadamente, enseñarle trucos divertidos e incluso superar algunos obstáculos juntos.

A medida que pasaban los días, Martín se dio cuenta de lo equivocado que había estado al pensar solo en una raza específica de perro. Se dio cuenta de que cualquier perro puede traer alegría a nuestras vidas si les damos una oportunidad. Martín aprendió una valiosa lección sobre la importancia del amor incondicional y la aceptación.

Comprendió que no importa cómo se vea un perro por fuera, sino el amor y la conexión que se puede construir con él.

Y así, Martín y Pelusa vivieron muchas aventuras juntos, demostrando a todos que las apariencias no importan cuando se trata de amistad y lealtad. Fin.

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