El perro Nariz y la nana Divertida


En una linda casa de un barrio tranquilo, vivía el perro Nariz, un simpático canino de color marrón con una nariz muy curiosa. Nariz adoraba jugar y recibir abrazos de su familia humana.

Un día, la nana Divertida, una mujer llena de energía y alegría, llegó a trabajar a esa casa. Nariz y la nana se hicieron amigos al instante. - ¡Hola Nariz! ¿Quieres jugar al aire libre hoy? - preguntó la nana Divertida con entusiasmo.

Nariz movió su cola con emoción y salió corriendo hacia el jardín. Jugaron durante horas, se abrazaron y rieron mucho. Sin embargo, un día la nana Divertida se enfermó y tuvo que quedarse en cama. Nariz sintió tristeza al verla mal.

- No te preocupes, Nariz. Solo necesito descansar un poco - dijo la nana con debilidad. El perro Nariz decidió hacer algo especial para animar a su amiga.

Reunió a la familia humana y les pidió que lo ayudaran a crear una divertida obra de teatro para la nana. Todos se entusiasmaron con la idea y ensayaron en secreto. Finalmente, llegó el día de la actuación.

La nana Divertida estaba recostada en la cama, pero de repente escuchó música y risas provenientes del jardín. Al asomarse, se sorprendió al ver a Nariz y a la familia actuando una divertida obra de teatro frente a su ventana. La nana no pudo contener la emoción y comenzó a reír.

Al terminar la actuación, la nana Divertida se sintió mucho mejor. Se levantó de la cama y abrazó a Nariz con cariño.

Desde ese día, la nana Divertida no solo cuidaba de la casa, sino que también se unía a Nariz en sus juegos y travesuras, formando un equipo inseparable lleno de alegría y amor.

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