El perro perdido


Había una vez un niño llamado Martín, que todos los días iba al parque a jugar. Un día, mientras corría por el pasto, vio a lo lejos a un perro perdido.

El perrito parecía triste y asustado, así que Martín decidió acercarse. -¿Hola, perrito! ¿Estás perdido? -preguntó Martín con ternura. El perro movió la cola y se acercó a él, como si entendiera sus palabras. Martín decidió llevarlo a casa para cuidarlo y buscar a su dueño.

Al llegar a su casa, su mamá le dijo: -Martín, ¿dónde encontraste a este hermoso perrito? -Lo encontré en el parque, mamá. Parece perdido, así que quiero ayudarlo a encontrar a su familia.

Su mamá asintió y juntos prepararon carteles para colocar en el barrio. Caminaron por las calles, preguntaron en las tiendas y pegaron los carteles por todas partes, pero nadie reclamaba al perrito. Martín se preocupaba por él, y aunque le gustaría quedárselo, sabía que tenía que encontrar a su familia.

Pasaron varios días y cada vez que Martín y su mamá salían a buscar al dueño del perro, el pequeño canino se mostraba más alegre y confiado. Un día, recibieron una llamada.

Era una familia que buscaba desesperadamente a su perro. Martín y su mamá fueron a llevarlo de regreso a su hogar. La familia estaba muy agradecida y el perrito parecía feliz de volver a estar con ellos.

Martín se despidió del perrito con un nudo en la garganta, pero sabía que había hecho lo correcto. Aprendió que ayudar a los demás, ya sean personas o animales, es una de las cosas más nobles que podemos hacer.

Y cada vez que pasaba por el parque, recordaba al perrito perdido con cariño, sabiendo que había hecho una buena acción.

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