El perro perdido y la noche triste en el bosque



Había una vez un perro llamado Rocky, quien vivía en un hermoso bosque rodeado de altos árboles y misteriosos caminos. Un día, Rocky se aventuró demasiado lejos y se perdió en el bosque. La noche comenzó a caer y el pobre Rocky se sintió muy asustado y triste.

Mientras Rocky deambulaba por el bosque, se encontró con varios animales que intentaron ayudarlo. Primero, apareció el conejo Saltarín, quien le dijo: "¿Por qué estás tan triste, Rocky?"

"Me he perdido en el bosque y no sé cómo volver a casa", respondió Rocky con un tono preocupado.

Saltarín le ofreció su ayuda y juntos empezaron a buscar el camino de regreso. En su camino, se toparon con la astuta zorra Zafiro, quien al escuchar la historia de Rocky, se unió a la búsqueda.

"No te preocupes, Rocky, te ayudaremos a encontrar el camino a casa", dijo Zafiro con amabilidad.

Mientras caminaban, escucharon un murmullo proveniente de un arbusto cercano. Era el erizo Púas, quien se unió al grupo con entusiasmo y les indicó un camino que los llevaría de vuelta al corazón del bosque.

Finalmente, después de enfrentar desafíos y superar obstáculos, lograron encontrar el camino de vuelta a casa. Rocky estaba lleno de alegría y gratitud hacia sus nuevos amigos.

"¡Gracias a todos por ayudarme a regresar a casa!", exclamó Rocky emocionado.

"Siempre es bueno ayudar a un amigo en apuros", respondieron los animales en coro.

Desde ese día, Rocky aprendió una valiosa lección: nunca debía aventurarse demasiado lejos sin avisar a sus amigos, pero también descubrió que en los momentos difíciles, siempre habría alguien dispuesto a ayudarlo. Y juntos, Rocky, Saltarín, Zafiro y Púas se convirtieron en los mejores amigos del bosque, listos para enfrentar nuevas aventuras juntos.

FIN.

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