El perro que aprendió a amar a los gatos




En un vecindario muy tranquilo vivía Reina, una perrita algo gruñona que no soportaba a los gatos. Cada vez que veía a uno, comenzaba a ladrar y perseguirlo como si fuera su misión en la vida.

Los gatos del barrio, por supuesto, estaban hartos de esto y siempre evitaban a Reina. Un día, Reina conoció a Leo, un gato callejero astuto y amigable que no le tenía miedo a los perros.

-¡Hola, Reina! ¿Por qué siempre me persigues? -preguntó Leo con curiosidad. -Porque no me gustas, no me gustan los gatos. -respondió Reina con desdén. Leo, en lugar de enojarse, decidió hablar con Reina.

Le explicó que los gatos no eran tan malos como ella pensaba y que también merecían respeto y amor. Reina nunca antes había hablado con un gato de esa manera, y algo en las palabras de Leo la hizo reflexionar. Decidió darle una oportunidad a Leo y comenzaron a pasar tiempo juntos.

Con el tiempo, Reina y Leo se convirtieron en amigos inseparables. A medida que pasaban tiempo juntos, Reina empezó a ver las cosas desde el punto de vista de los gatos.

Aprendió que tenían personalidades únicas, que eran cariñosos y divertidos, y que también merecían amor y respeto. Pronto, Reina se convirtió en toda una defensora de los gatos, y en lugar de perseguirlos, los protegía y jugaba con ellos.

Su cambio de actitud inspiró a otros perros del vecindario a tratar a los gatos con amabilidad. Y así, Reina y Leo demostraron que la amistad puede vencer cualquier prejuicio.

Desde entonces, Reina pasó a ser conocida en el vecindario como 'la perrita amiga de los gatos', y su historia se convirtió en un ejemplo de superación de prejuicios y amor fraternal.

FIN.

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