El perro vagabundo que siempre anda feliz



Había una vez en un pequeño pueblo, un perro callejero que siempre andaba feliz. Su nombre era Tito, y a pesar de no tener un hogar, siempre mantenía una sonrisa en su rostro.

Tito no entendía por qué la gente a su alrededor parecía estar siempre preocupada o triste, pero él estaba decidido a demostrar que la felicidad estaba en todas partes.

Un día, mientras paseaba por el parque, se encontró con Lucas, un niño curioso y travieso que estaba un poco triste porque acababa de mudarse a ese pueblo y aún no tenía amigos. -Hola, amiguito animal —dijo Lucas con una tímida sonrisa—.

¿Por qué siempre estás tan feliz? Tito movió la cola con entusiasmo y le respondió: -Porque sé que siempre hay algo bueno en cada día, y me enfoco en eso. Además, ahora que te conocí, ¡tengo un nuevo amigo! A partir de ese día, Tito y Lucas se volvieron inseparables.

Juntos recorrían las calles, jugaban en el parque y alegraban a todos los que cruzaban su camino. Tito enseñó a Lucas que la felicidad no depende de cuántas cosas tengamos, sino de cómo eligamos ver la vida.

Sin embargo, un día, mientras caminaban por el pueblo, vieron a un grupo de personas tristes y preocupadas. Se acercaron para preguntar qué sucedía y descubrieron que había una inundación en el pueblo vecino, y muchas familias habían perdido sus hogares.

Tito y Lucas no dudaron ni un segundo en ponerse manos a la obra para ayudar. Organizaron una colecta de alimentos, ropa y cobijas, y con la ayuda de toda la comunidad, lograron enviar un cargamento de ayuda al pueblo afectado.

La felicidad que Tito siempre irradiaba se multiplicó al ver la solidaridad y generosidad de las personas que los rodeaban. Desde ese día, Tito y Lucas entendieron que la felicidad se compartía, y que ayudar a los demás era una de las mejores maneras de mantenerse felices.

Juntos, siguieron recorriendo el pueblo, alegrando corazones y haciendo que cada día fuera un poco más brillante para todos.

Y aunque Tito aún no tenía un hogar, había encontrado algo aún más valioso: el amor y la compañía de un amigo verdadero.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!