El perro valiente



Había una vez un perrito muy bonito llamado Leito, que vivía felizmente junto a su dueña, Cami. Leito era un perro juguetón y cariñoso, pero tenía un gran miedo: los juegos pirotécnicos.

Cada año, cuando llegaba fin de año, en el vecindario comenzaban a sonar fuertes explosiones y luces brillantes en el cielo. A Leito le daba mucho miedo todo ese ruido y brillo repentino. Se escondía debajo de la cama temblando y llorando.

Un día, cuando se acercaba fin de año nuevamente, Cami notó la tristeza en los ojos de Leito y decidió hacer algo al respecto. Se sentó a su lado y le dijo con ternura: "Leito, no tienes por qué tener miedo.

Eres un perro valiente y juntos podemos superar tus miedos". Leito levantó sus orejitas escuchando atentamente las palabras de su dueña. "¿De verdad crees que puedo superarlo?", preguntó tímidamente. Cami asintió con una sonrisa reconfortante.

"Claro que sí", respondió. "Podemos hacerlo paso a paso". Y así comenzaron su aventura para ayudar a Leito a dejar atrás su miedo. El primer paso fue llevar a Leito al parque donde solían jugar juntos durante el día.

Allí había niños corriendo y riendo mientras lanzaban globos coloridos al aire. Al principio, Leito se asustó un poco ante los globos estallando cerca de él, pero Cami lo animó diciendo: ""No te preocupes, Leito.

Estos globos no hacen ruido. Puedes acercarte y ver por ti mismo". Leito se acercó lentamente a los niños y olfateó el aire con curiosidad.

Pronto se dio cuenta de que los globos solo eran objetos inofensivos e incluso comenzó a jugar con ellos, saltando y persiguiéndolos. Cami estaba muy orgullosa de su perrito valiente y decidió llevarlo al siguiente nivel: la plaza del vecindario donde cada año encendían fuegos artificiales en fin de año.

Cuando llegaron a la plaza, Leito vio cómo las luces brillantes iluminaban el cielo nocturno. Su corazón empezó a latir rápido, pero recordó las palabras de Cami: "Eres un perro valiente y juntos podemos superar tus miedos".

Con cada estallido, Leito cerraba los ojos y se aferraba fuertemente a Cami, pero poco a poco fue abriendo sus ojitos para observar lo que sucedía. A medida que pasaba el tiempo, Leito comenzó a darse cuenta de que los fuegos artificiales no le hacían daño.

"¡Mira, Leito! ¡Eres realmente valiente!", exclamó Cami emocionada mientras acariciaba su pelaje. Leito levantó la cabeza con una sonrisa llena de confianza. Había superado su miedo gracias al amor y apoyo incondicional de su dueña.

Desde ese día en adelante, Leito dejó atrás su temor a los juegos pirotécnicos. Se convirtió en un perro valiente que inspiraba a otros animales a enfrentar sus propios miedos.

Cami y Leito se convirtieron en un equipo inseparable, demostrando que el amor y la valentía pueden superar cualquier obstáculo. Y así, Leito vivió felizmente el resto de sus días, siempre recordando que no hay nada más poderoso que el amor y la confianza para vencer nuestros miedos.

FIN.

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