El perro y el niño perdido


Era un día lluvioso en el pequeño pueblo de Villa Cachito. Las calles estaban mojadas y las casas lucían tristes bajo el cielo gris.

Mientras tanto, Benito, un perro callejero de pelaje marrón y ojos vivaces, deambulaba en busca de algo que comer. De repente, escuchó un débil llanto proveniente de un callejón. Al acercarse, descubrió a un niño empapado y tembloroso. - ¿Estás bien, chiquito? - preguntó Benito con preocupación.

El niño levantó la mirada, sorprendido de ver a un perro hablándole. - Me perdí - sollozó el niño. Con determinación, Benito decidió ayudar al niño a encontrar su camino a casa.

Juntos, recorrieron el pueblo, preguntaron a los vecinos y se enfrentaron a varios obstáculos, como un enjambre de abejas y un río desbordado. Finalmente, gracias a la valentía y astucia del perro, lograron llegar a la casa del niño. Los padres, emocionados y agradecidos, abrazaron a su hijo y a Benito.

A partir de ese día, el perro callejero se convirtió en un miembro querido de la familia. Y el niño, aprendió la importancia de pedir ayuda y de no perder la esperanza en situaciones difíciles.

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