El perro y los alienígenas
Había una vez en un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad, un perro llamado Tito. Tito era un perro juguetón y cariñoso, pero un día sus dueños notaron que algo no andaba bien. Lo llevaron al veterinario y después de varios estudios, el doctor les dio la triste noticia: Tito tenía una enfermedad incurable.
La familia de Tito estaba muy triste, no sabían qué hacer para ayudar a su querido amigo. Tito cada día se veía más débil y sus paseos por el parque se convirtieron en siestas en su cama. Sus dueños lo cuidaban con mucho amor, pero sabían que la enfermedad de Tito no tenía cura.
Una noche, mientras Tito dormía plácidamente, una nave espacial aterrizó en el jardín de la casa. Unos seres de otro planeta, con forma de pulpo y ojos brillantes, salieron de la nave. La familia de Tito despertó sobresaltada por el ruido y salieron corriendo a ver qué estaba sucediendo. Se quedaron atónitos al ver a los alienígenas.
- ¡Hola! Somos de un planeta lejano. Hemos visto a su amigo Tito y queremos ayudarlo - dijo el alienígena líder.
- ¿Ayudar a Tito? ¿Cómo? - preguntó sorprendida la familia de Tito.
Los alienígenas explicaron que tenían tecnología avanzada que podía curar enfermedades incurables en otros planetas. Habían estado observando a Tito y querían llevarlo con ellos para curarlo. La familia de Tito estaba sorprendida y algo asustada, pero podían ver la determinación en los ojos de los alienígenas y sabían que querían ayudar a Tito. Por lo tanto, aceptaron la ayuda de los extraterrestres.
Los alienígenas llevaron a Tito a su nave espacial y comenzaron a tratarlo con sus increíbles dispositivos médicos. Tito, que estaba débil y abatido, de repente comenzó a sentirse mejor. Su energía volvió, y poco a poco su salud mejoró. La familia de Tito estaba emocionada al ver la transformación de su querido amigo. Después de unos días, los alienígenas anunciaron que Tito estaba completamente curado.
- No hay palabras para agradecerles lo que hicieron por Tito. Los estaremos eternamente agradecidos - dijo la familia de Tito, con lágrimas de alegría en los ojos.
- No hay problema, para nosotros es un placer ayudar a seres de otros planetas. Ahora debemos regresar a nuestro hogar, pero siempre recordaremos a Tito y su valentía - dijo el alienígena líder.
Con mucho afecto, los alienígenas dejaron a Tito de regreso en su casa. Tito, ahora rebosante de vitalidad, corría y saltaba por el jardín, parecía un cachorro nuevamente. La noticia sobre la curación milagrosa de Tito se extendió por todo el pueblo, y pronto se convirtió en un ejemplo de esperanza y milagro para todos. Tito era un perro especial, que había sido salvado por seres de otro planeta.
Desde ese día, la familia de Tito y Tito mismo miraban al cielo por las noches, preguntándose si volverían a ver a sus amigos alienígenas. Aunque nunca más los vieron, sabían que estaban agradecidos por el increíble regalo que habían recibido. Tito vivió muchos años más, siendo un símbolo de fortaleza y esperanza para todos los que lo conocieron.
FIN.