El pez gigante del río




Había una vez en un pequeño pueblo a orillas del río un niña llamada Susanna, a quien le encantaba explorar la naturaleza. Un día, decidió ir al río para observar los peces y disfrutar del hermoso paisaje.

Mientras caminaba por la orilla del río, vio algo brillante y plateado asomándose entre las aguas. Con asombro, descubrió que era un pez gigante que nadaba en el río. Susanna quedó impresionada y emocionada al ver semejante criatura.

- ¡Hola, pez gigante! -saludó Susanna con entusiasmo. El pez gigante se acercó a la orilla y empezó a hablar. - Hola, pequeña exploradora. Soy el guardián del río y he estado observando tus visitas a la naturaleza.

Me gustaría enseñarte la importancia de cuidar y preservar nuestro entorno natural. A partir de ese día, Susanna y el pez gigante se convirtieron en grandes amigos.

El pez le mostró a Susanna cómo recoger la basura que la gente tiraba en el río, cómo cuidar de las plantas y los animales, y cómo mantener limpio el entorno. Juntos, emprendieron una misión para concienciar a los habitantes del pueblo sobre la importancia de mantener limpio y proteger el río.

Con el tiempo, más y más personas se unieron a ellos y el río se convirtió en un lugar limpio y seguro para todos. Susanna aprendió que, aunque era pequeña, tenía el poder de hacer una gran diferencia en su comunidad y en el mundo.

Gracias a la amistad con el pez gigante, Susanna descubrió la importancia de cuidar el medio ambiente y cómo cada pequeña acción puede tener un impacto positivo.

Finalmente, el pez gigante le dijo a Susanna que tenía que regresar a las profundidades del río, pero que siempre estaría observándola y que juntos seguirían protegiendo la naturaleza. Con el corazón lleno de gratitud, Susanna despidió a su amigo y continuó su misión de proteger y cuidar el río y su entorno natural.

La amistad con el pez gigante había dejado una huella imborrable en su corazón.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!