El pez que tenía pelo
En el colorido arrecife de coral de la Isla Pelucón, vivía un pez muy especial llamado Peli. A diferencia de los otros peces, Peli tenía un largo y brillante pelo que se movía al ritmo del agua. Los peces del arrecife se maravillaban con su apariencia, pero también había quienes lo miraban con desdén.
Un día, mientras Peli nadaba alegremente, se encontró con su amigo Mingo, el pez payaso.
"¡Hola, Peli! ¡Qué lindo tu pelo hoy!" - exclamó Mingo con una sonrisa.
"Gracias, Mingo. Hoy lo peiné especialmente para nadar por el arrecife" - respondió Peli, moviendo su cabello con orgullo.
A medida que nadaban, se encontraron con un grupo de peces que hablaban entre ellos. Uno de ellos, el pez espada, notó a Peli y dijo:
"Miren al pez aquel con pelo. No entiendo por qué no se corta ese estorbo. Los peces de verdad no tienen pelo. ¡Qué ridículo!"
Los otros peces se rieron, y el corazón de Peli se encogió. Mingo, al ver la tristeza en el rostro de su amigo, se acercó y le dijo:
"No dejes que lo que dicen los demás te afecte. Tu pelo es lo que te hace único."
"Pero, Mingo, a veces me siento diferente. A veces quiero ser como los demás" - respondió Peli, con un suspiro.
Mingo pensó por un momento y luego propuso:
"¿Y si organizamos un desfile de peces? Cada uno podría mostrar lo que los hace únicos. Podríamos invitar a toda la isla a participar. Así, todos podrán celebrar sus diferencias."
Con una nueva chispa de esperanza, Peli asintió.
"¡Me encanta la idea! ¡Vamos a contárselo a los demás!"
Y así, Mingo y Peli comenzaron a correr la voz sobre el gran desfile. Los peces del arrecife estaban entusiasmados y querían participar. El pez globo prometió inflarse y hacer reír a todos, la estrella de mar dijo que haría una danza brillante, y hasta la tortuga anciana del arrecife prometió contar historias de épocas antiguas.
El día del desfile llegó y la isla estaba llena de colores y risas. Peli, emocionado, se preparó para mostrar su pelo, pero antes decidió hacer algo especial. Se colocó cintas de colores en su cabello y se pintó un poco con algas marinas.
"¡Miren a Mingo y Peli!" - exclamó uno de los peces.
Cuando llegó el momento de que Peli pasara, todos los peces lo miraron con admiración.
"¡Soy Peli, el pez con pelo y estoy aquí para decirles que ser diferente es maravilloso!" - gritó, moviendo su cabello al ritmo de la música que los demás peces habían creado.
El arrecife estalló en aplausos y vítores. El mismo pez espada que había burlado de él, ahora estaba impresionado.
"¡Wow, Peli! ¡Tu pelo es increíble! ¡Nunca había visto algo así!" - admitió.
Al final del desfile, varios peces se acercaron a Peli.
"Gracias por mostrarnos que está bien ser diferente" - dijo la pez mariposa con una gran sonrisa.
"Sí, gracias por inspirarnos a ser quienes somos" - agregó la anguila.
Desde ese día, Peli no solo se sintió más seguro con su apariencia, sino que también se convirtió en un símbolo de la diversidad en el arrecife. Sus amigos nunca dejaron de recordarle que cada uno de ellos, con sus peculiaridades, hacían del mundo subacuático un lugar más colorido y hermoso.
Así, Peli aprendió a amarse tal como era, y todos en la Isla Pelucón también lo hicieron. Y aunque a veces el pez espada se burlaba de vez en cuando, Peli siempre respondía con una sonrisa y un giro de su cabello, recordando que ser diferente es algo digno de celebrar.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.