El pez valiente y el tiburón temeroso
En lo más profundo del océano vivía un pez llamado Simón. Simón era diferente a los demás peces, ya que siempre soñaba con hacer amigos con un tiburón. Sin embargo, todos en el océano le decían que era una locura, que los tiburones eran peligrosos y que debía mantenerse alejado de ellos.
Un día, Simón decidió emprender un viaje en busca de su sueño. Nadó por corales, cuevas y arrecifes, hasta que finalmente se encontró con un tiburón llamado Tomás. Tomás, a pesar de su imponente tamaño, tenía miedo de los peces. Simón, decidido a romper estereotipos, se acercó a Tomás.
"Hola, amigo tiburón. Soy Simón, un pez, y quiero ser tu amigo", dijo Simón con valentía. Tomás se sorprendió, nadie nunca se le había acercado de esa forma. Pero en lugar de asustarse, Tomás se sintió curioso. Decidió darle una oportunidad a la amistad con Simón.
Los dos amigos pasaron días nadando juntos, compartiendo historias y descubriendo que tenían más en común de lo que pensaban. Simón enseñó a Tomás cómo jugar con otros peces, mientras que Tomás protegió a Simón de los peligros del océano. Juntos, demostraron a todos que la amistad no conoce de especies ni tamaños.
Sin embargo, un día, un gran peligro acechó al océano. Un grupo de tiburones más grandes y agresivos llegó a la zona, poniendo en riesgo a todos los habitantes del océano. Simón y Tomás, a pesar de sus diferencias, idearon un plan para proteger a sus amigos.
Simón, con su agilidad, guió a los demás peces hacia un lugar seguro, mientras que Tomás, con su imponente presencia, logró disuadir a los tiburones invasores. Juntos, lograron salvar a todos los habitantes del océano. Tras el incidente, Simón y Tomás fueron reconocidos como héroes, y su amistad se volvió un ejemplo de valentía y superación de prejuicios en el océano.
Desde ese día, todos aprendieron que la amistad puede surgir en los lugares más inesperados, y que la valentía y el compañerismo son más fuertes que cualquier diferencia. Simón y Tomás demostraron que, con respeto y amor, todos podemos convivir en armonía, sin importar lo diferentes que parezcamos.
FIN.