El Pez Volador y la Estrella Brillante



En una hermosa laguna rodeada de árboles y flores, vivía un pez llamado Peco. Peco siempre había soñado con volar como las aves que veía surcando el cielo. Un día, mientras saltaba feliz entre las burbujas del agua, una brillante estrella se fijó en él desde lo alto del firmamento.

"¡Hola!" - dijo la estrella, que se llamaba Lila, ilusionada al ver al pez tan enérgico "¿Qué haces saltando tan alto?"

Peco, emocionado, contestó:

"¡Quiero volar! He visto a los pájaros danzar en el aire y quiero unirme a ellos. Pero… no sé cómo hacerlo."

Lila, aunque no entendía del todo a Peco, se sintió conmovida por su deseo y pensó: "Voy a ayudarlo."

Pero, había un problema: Lila no conocía el agua y no sabía cómo comunicar sus ideas con el pez. Entonces, decidió buscar ayuda de otros seres que pudieran volar y que, quizás, conocieran el camino para hacer realidad el sueño de Peco.

Lila primero visitó a un sabio búho que habitaba en un viejo árbol cercano.

"¡Búho, amigo! Escuchame. Necesito tu ayuda, hay un pez que quiere volar. ¿Podés ayudarme?"

El búho, curioso al ver a la estrella en la noche, contestó:

"¡Claro, Lila! Pero volar es un arte que sólo conocen los aves. Debés hablar con la golondrina que vive en el sauce. Ella es la más rápida en el aire."

Entonces, Lila se dirigió al sauce y encontró a la golondrina.

"¡Golondrina! Estoy buscando una manera de ayudar a Peco, un pez que quiere volar. ¿Tenés alguna idea?"

"¡Oh, eso es interesante!" - respondió la golondrina, revoloteando emocionada. "Tal vez si le das unas plumas mágicas, podría elevarse. Pero donde encontrar esas plumas es un misterio. Puedes intentar con el viejo cóndor, vive en la montaña lejos de aquí."

Con determinación, Lila se deslizó por el cielo hasta llegar a la montaña. Allí, conoció al majestuoso cóndor.

"¡Cóndor, necesito tu ayuda! Mi amigo Peco quiere volar, y me dijeron que tal vez tuvieses plumas mágicas."

El cóndor, con su gran sabiduría, sonrió y dijo:

"Las plumas son especiales, pero también es necesario que el pez crea en sí mismo. Sin confianza, las plumas no le servirán. Puedes ir a buscar a la mariposa del jardín, ella es la mejor en inspirar a los que dudan."

Lila regresó volando a la laguna y buscó a la mariposa. Al encontrarla, le contó todo.

"Mariposa, Peco no cree que pueda volar, necesitamos hacer que confíe en sus sueños. ¿Podés ayudarlo?"

"Sí, puedo ayudar. Pero debemos practicar juntos. Llevaré a Peco a las flores más altas que están al borde de la laguna. Ahí haremos ejercicios para que su corazón se llene de valentía."

Así, la mariposa organizó divertidas sesiones de vuelo con Peco. Con cada intento, Peco se sentía más confiado. Lila, desde las alturas, aplaudía y animaba a su amigo.

Finalmente, llegó el día en que Peco se sintió listo para intentar volar de verdad.

"¡Estoy nervioso!" - confiesa Peco mientras sus aletas temblaban.

"¡No te preocupes, Peco! Solo tienes que seguir tu corazón. ¡Atrévanos juntos!" - dijo la mariposa.

En ese momento, Lila envío unas plumas brillantes hacia Peco. Él respiró hondo, se impulsó desde el agua y comenzó a saltar con todo su empeño. Peco se sentía ligero, como si pudiese tocar el cielo.

Con un gran salto, y aplicando todo lo que había aprendido, Peco comenzó a elevarse, flotando y girando alegremente. ¡Estaba volando!

Todos los seres de la laguna vitorearon y celebraron su hazaña.

"¡Lo lograste, Peco! ¡Ahora puedes volar!" - gritó Lila desde el cielo, y Peco exclamó emocionado:

"¡Gracias, Lila! Sin vos, esto no hubiera sido posible."

A partir de ese día, Peco no solo voló con sus amigos del cielo, sino que también aprendió a creer en sus sueños. Y aunque nadie podría quitarle sus nubes, siempre supo que con un poco de ayuda y mucho amor, cualquier meta era posible de alcanzar. La amistad es realmente el mejor vuelo.

Y así, en la laguna y en el cielo, el cuento de Peco y Lila se convirtió en leyenda. Desde entonces, cada vez que veían a un pez saltar, todos recordaban aquella mágica tarde donde una estrella y un pez hicieron el cielo un poco más brillante y lleno de sueños.

MORALEJA: "Los sueños pueden hacerse realidad cuando creemos en nosotros mismos y contamos con la ayuda de nuestros amigos."

FIN.

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