El Picnic de Charley y Britney
Era un hermoso día de primavera cuando Charley y Britney decidieron salir de picnic al parque. Prepararon una canasta llena de sandwiches, frutas frescas y una torta de chocolate que había hecho la abuela de Charley. Con su manta a cuestas y muchas ganas de divertirse, los dos amigos partieron al parque.
Cuando llegaron, el sol brillaba intensamente y los pájaros cantaban. "¡Qué día perfecto!"- dijo Britney mientras extendía la manta sobre el pasto. "Sí, no podría ser mejor. ¡Vamos a comer!"- respondió Charley emocionado.
Pero de repente, el cielo comenzó a nublarse. Las nubes oscuras avanzaban rápidamente, y un estruendo de truenos resonó en el aire. "Uh-oh, eso no suena bien..."- dijo Charley mirando hacia arriba. Sin embargo, estaban tan emocionados por el picnic que decidieron ignorar el mal tiempo y seguir comiendo. "No pasa nada, quizás sólo es una pequeña lluvia",- comentó Britney, creyendo que no podría arruinar su día.
Justo cuando estaban disfrutando del primer bocado de la torta, cayó la primera gotas de lluvia. Rápidamente, el cielo se oscureció completamente y, en menos de un minuto, comenzó a llover a cántaros. "¡Rápido, a recoger todo!"- gritó Charley, mientras ambos empezaban a meter las cosas en la canasta.
"¿Y ahora qué hacemos?"- lloriqueó Britney, con su cabello empapado. "No podemos quedarnos aquí, la tormenta es muy fuerte!"- respondió Charley, mirando a su alrededor en busca de refugio. Fue entonces cuando vieron un gran árbol que se alzaba cerca de ellos. "¡Vamos para allá!"- sugirió Charley.
Corrieron rápidamente hacia el árbol, pero la lluvia era tan intensa que no podían ver bien. En el camino, Britney tropezó y cayó al suelo. "¡Ay!"- exclamó, con lágrimas en los ojos. Charley se detuvo y corrió hacia ella. "¿Estás bien?"- preguntó con preocupación.
"No me duele, pero estoy asustada"- dijo Britney, mientras miraba hacia la tormenta. Charley la ayudó a levantarse. "No te preocupes, estamos juntos, y eso es lo que importa. ¡Vamos a encontrar un lugar seco!"- le dijo con una sonrisa.
A medida que avanzaban hacia el árbol, comenzaron a ver que otros niños del parque también buscaban refugio. "¡Miren!"- dijo Charley, "podemos hacer un grupo y unirnos para contarnos historias mientras pasa la tormenta."- Britney se sintió un poco más aliviada y asintió con la cabeza.
Bajo el árbol, se reunieron varios niños, todos con risas nerviosas y miradas asustadas. Charley, siempre el más valiente, empezó a contar una historia sobre un pez que soñó con volar. Todos escucharon atentamente, olvidando por un momento el miedo que les daba la tormenta.
"¿Y qué pasó con el pez?"- preguntó una niña pequeña que estaba en el grupo. "Al final, el pez voló muy alto, pero se dio cuenta que prefería nadar. Entendió que cada uno tiene su propia forma de ser especial."- expresó Charley. La historia logró hacer sonreír a todos.
Después de un rato, la lluvia empezó a disminuir. Britney observó que las nubes comenzaban a despejarse. "¡Miren, ya no llueve!"- gritó emocionada. "Sí, además, ¡hizo nuevos amigos!"- agregó Charley.
Cuando finalmente la tormenta se fue, el sol volvió a brillar y el cielo se limpió de nubes. Los niños, aún un poco mojados, se despidieron, prometiendo volver a jugar juntos en el parque. "¡Este fue el mejor picnic!"- exclamó Britney, sonriendo a Charley. "Sí, aunque no salió como planeamos, aprendimos a ser valientes y a no rendirnos."- respondió Charley, contento de haber tenido esa aventura con su amiga.
A medida que caminaban a casa, Charley y Britney comenzaron a reír y a contar lo divertido que había sido. A veces, las tormentas pueden ser una gran distracción, pero lo más importante es que siempre hay algo de lo que aprender y amigos en quienes apoyarse. Así que la próxima vez que escuches un trueno, recuerda, puede que sea el comienzo de una nueva aventura. ¡Y eso es lo que realmente importa!
FIN.