El picnic de Lucas


Llamada los Fernández, vivían en una pequeña casa de campo rodeada de árboles frondosos y un jardín lleno de flores de colores brillantes.

La familia estaba compuesta por Papá Juan, Mamá Laura, la abuela Rosa, el travieso Lucas y la dulce Martina. Un día soleado, mientras todos disfrutaban de un picnic en el jardín, Lucas propuso jugar a las escondidas. "¡Vamos a ver quién es el mejor escondiéndose!", exclamó emocionado.

Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a contar hasta cien para luego salir corriendo a buscar un buen lugar donde ocultarse.

Juan se escondió detrás del gran árbol al fondo del jardín, Laura se metió en el cobertizo lleno de herramientas, Rosa se camufló entre las plantas altas del huerto y Martina se metió debajo de la mesa del picnic. Mientras tanto, Lucas decidió subirse a lo alto del árbol más grande sin darse cuenta de lo peligroso que era.

Después de unos minutos buscando por todas partes, Juan encontró primero a Martina y luego a Rosa. "¡Falta uno! ¿Dónde estará Lucas?", preguntaba preocupado mientras seguía buscando por toda la casa y el jardín.

De repente escuchó un grito proveniente del árbol más alto y corrió hacia allí. Al llegar al pie del árbol, vio a Lucas asomado desde una rama muy alta con miedo en sus ojos. "¡Papá! ¡Ayúdame! ¡No puedo bajar!", gritaba angustiado.

Juan intentaba tranquilizarlo desde abajo mientras pensaba cómo hacer para rescatarlo sin lastimarse. Sin dudarlo ni un segundo más, Juan recordó que tenía una escalera plegable en el garaje y corrió a buscarla.

Con cuidado y paciencia logró llegar hasta donde estaba Lucas y ayudarlo a bajar sano y salvo. Todos respiraron aliviados al verlos regresar triunfantes.

Esa tarde aprendieron dos lecciones importantes: la importancia de estar atentos a los peligros que nos rodean para evitar accidentes innecesarios; y que siempre podemos contar con nuestra familia para ayudarnos en momentos difíciles.

Desde ese día, los Fernández siguieron disfrutando de su vida juntos con aventuras emocionantes pero siempre recordando que lo más valioso era tenerse los unos a los otros para superar cualquier obstáculo que se les presentara en el camino.

Dirección del Cuentito copiada!