El picnic en el Campo Arcoiris y el encuentro con el puma
Había una vez en el Campo Arcoiris, un lugar mágico lleno de colores y alegría, donde cuatro amigas llamadas Martina, Paula, Sara y Lucía decidieron ir de picnic junto al lago.
Las chicas estaban emocionadas por pasar un día juntas disfrutando de la naturaleza. Al llegar al lago, desplegaron la manta sobre el pasto verde y sacaron las deliciosas viandas que habían preparado en casa.
Mientras comían sándwiches y frutas frescas, escuchaban el canto de los pájaros y sentían la suave brisa acariciar sus rostros. De repente, entre los arbustos cercanos al lago apareció un puma. Las chicas se asustaron y comenzaron a retroceder lentamente.
Pero Martina recordó algo importante que había aprendido en la escuela: "No debemos correr ni gritar cuando nos encontramos con un animal salvaje", les dijo a sus amigas. El puma se acercó curioso pero sin mostrar agresividad.
Martina extendió su mano con calma hacia él y pudo acariciarlo suavemente detrás de las orejas. El resto de las chicas observaba asombrada esta valiente acción. El puma ronroneaba como si fuera un gatito doméstico. "¡Martina, eres increíble! ¡Cómo lograste calmar al puma!", exclamó Paula admirada.
"Es cuestión de mantener la calma y respetar a los animales", respondió Martina sonriendo. Mientras tanto, un zorro observaba toda la escena desde lejos.
Se acercó sigilosamente hasta donde estaban las chicas y les habló:"¡Hola amigas! Veo que han tenido un encuentro inesperado con nuestro amigo puma". "Sí, fue emocionante pero también algo intimidante al principio", admitió Sara. "Los felicito por mantener la calma ante el peligro. Eso demuestra sabiduría y valentía", elogió el zorro.
Las chicas charlaron con el zorro sobre la importancia de cuidar a los animales salvajes y respetar su hábitat natural. Luego compartieron parte de su comida con él mientras seguían disfrutando del hermoso día en el Campo Arcoiris.
Al atardecer, cuando ya era hora de regresar a casa, todas estaban felices por haber vivido una aventura inolvidable junto al puma y el zorro.
Sabían que aquel día había sido especial no solo por la emoción del encuentro con los animales salvajes, sino también por haber demostrado que juntas podían superar cualquier desafío manteniendo siempre la calma y el respeto hacia todo ser vivo.
Y así terminó este maravilloso día en el Campo Arcoiris, donde cuatro amigas descubrieron que en medio de la naturaleza pueden encontrar lecciones valiosas para sus vidas: amor, amistad, valentía ecológica y respeto por todos los seres vivos que comparten este mundo tan diverso como mágico.
FIN.