El piloto soñador



Había una vez un niño llamado Tomás que vivía en una pequeña aldea rodeada de montañas. Siempre soñaba con volar y ver el mundo desde las alturas, pero nunca había tenido la oportunidad de hacerlo.

Un día, mientras exploraba los bosques cercanos a su casa, encontró un avión abandonado en medio del campo. El avión estaba muy dañado y no parecía ser útil para nada, pero Tomás decidió arreglarlo y hacer realidad su sueño de volar.

Durante meses trabajó duro en el avión, aprendiendo todo lo necesario sobre mecánica y electrónica para poder repararlo. No fue fácil, pero gracias a su perseverancia logró dejar el avión como nuevo.

Una mañana soleada, Tomás se subió al avión y despegó hacia el cielo azul. Era la primera vez que volaba un avión y se sentía emocionado e impresionado por todo lo que veía desde las alturas.

Pero justo cuando estaba disfrutando del paisaje, el motor del avión comenzó a fallar. Tomás trató de arreglarlo rápidamente pero era demasiado tarde: el motor se detuvo completamente y comenzó a caer en picada hacia el suelo.

-¡Oh no! ¿Qué voy a hacer ahora? -pensaba desesperadamente mientras intentaba controlar la caída del avión. De repente recordó algo que había leído sobre cómo planear un aterrizaje forzoso sin causar mucho daño.

Rápidamente puso en práctica sus conocimientos y logró posarse suavemente en medio de un campo cercano sin lesionarse ni causar daños mayores. Tomás se sintió muy orgulloso de sí mismo por haber logrado aterrizar el avión en una situación tan difícil. Desde ese día, decidió estudiar aún más sobre aviación y mecánica para poder volar con seguridad y confianza.

Así, Tomás se convirtió en un piloto experto que inspiraba a muchos niños y jóvenes a perseguir sus sueños, sin importar lo imposibles que parezcan.

Y aunque no todos puedan encontrar un avión abandonado como él, siempre hay maneras de alcanzar nuestras metas si trabajamos duro y creemos en nosotros mismos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!