El Pingüino Pedro y sus Primeros Días en el Cole
Había una vez, en una pequeña ciudad, un niño llamado Lucas que estaba muy emocionado porque iba a empezar el colegio. Tenía cuatro años y no podía esperar para aprender cosas nuevas y hacer amigos. Pero había un pequeño problema: Lucas era un poco tímido y no sabía cómo hacer amigos.
Un día, mientras salía de casa, Lucas encontró a su amigo especial, un pingüino llamado Pedro. Pedro no era un pingüino común y corriente, ¡era un pingüino que podía hablar!"¡Hola, Lucas! ¿Estás listo para tu primer día de colegio?" - preguntó Pedro, moviendo sus aletas con alegría.
"No estoy seguro, Pedro. Me da un poco de miedo conocer a nuevos niños," - respondió Lucas, bajando la mirada.
"No te preocupes, yo estaré contigo. Juntos podremos aprender y hacer amigos. ¡Vamos!" - animó Pedro.
Ya en el colegio, Lucas se sorprendió al ver a muchos niños como él. Algunos estaban jugando en el patio, otros estaban dibujando en sus mesas. La profesora, la señorita Ana, sonrió y les dio la bienvenida.
"Hola, bienvenidos a todos. Hoy aprenderemos cosas divertidas y también muchas normas importantes para vivir en armonía en la clase. Primero, debemos recordar siempre a saludar. ¡Es muy importante!" - les dijo la señorita Ana.
"Sí, es muy fácil!" - interrumpió Pedro. "¡Hola!" - llamó a un niño que estaba cerca.
El niño, sorprendido, se acercó y sonrió.
"¡Hola! Soy Mario. ¿Tú eres un pingüino?" - preguntó Mario.
"¡Claro! Me llamo Pedro. Y este es mi amigo Lucas. ¡Vamos a jugar juntos!" - contestó el pingüino.
Los tres comenzaron a jugar y pronto otros niños se unieron. Lucas ya no se sentía tan tímido. Había dejado atrás su miedo y estaba disfrutando mucho. Pero entonces, ocurrió algo inesperado.
Mientras jugaban, Lucas se dio cuenta de que había dejado su bocadillo en la mochila. Se sintió un poco triste porque tenía un sándwich de su sabor favorito, jamón y queso, y no quería perderlo.
"¡Pedro! He dejado mi sándwich en la mochila. Me gustaría comerlo ahora. ¿Podrías ayudarme a encontrarlo?" - le pidió Lucas.
Pedro pensó por un momento y dijo:
"¡Claro! Pero primero, recordemos que tenemos que pedir ayuda. ¿Ves a la señorita Ana? Vamos a decirle que nos ayude a encontrarlo."
Lucas se sintió un poco nervioso, pero entendió que era importante pedir ayuda. Se acercaron a la señorita Ana.
"Señorita Ana, ¿podría ayudarnos a buscar el sándwich de Lucas, por favor?" - preguntó Pedro.
"Por supuesto, Lucas. ¡Vamos a buscarlo juntos!" - le respondió la profesora con una sonrisa.
Juntos, buscaron en la mochila y encontraron el sándwich. Lucas se sintió feliz de poder comer y compartir un poco con sus nuevos amigos.
"¡Muchas gracias, Pedro! No sé qué haría sin ti. Eres un gran amigo." - dijo Lucas con una gran sonrisa.
"Siempre estaré aquí para ayudarte, Lucas. ¡Eso es lo que hacen los amigos!" - aseguró Pedro mientras compartía su alegría.
A medida que pasaban los días, Lucas se fue sintiendo más cómodo en el colegio. Aprendió a saludar a sus compañeros, a compartir y a pedir ayuda cuando la necesitaba. Pedro siempre estaba a su lado, animándole y recordándole que estaba bien sentirse nervioso, pero que juntos podrían enfrentar cualquier desafío.
Al final de la semana, tenido un gran éxito. Había hecho nuevos amigos, aprendido las normas básicas del colegio y había compartido risas y aventuras con Pedro.
"Lucas, ¿sabes? No hay nada como tener un amigo de verdad. ¡Estoy muy orgulloso de ti!" - le dijo Pedro en el último día de la semana.
"Gracias, Pedro. No quiero que este día termine. ¡Cada día juntos es una nueva aventura!" - respondió Lucas.
Y así, Lucas y Pedro continuaron viviendo emocionantes aventuras en el colegio, aprendiendo a ser valientes, a seguir las normas y a disfrutar de la maravillosa amistad que tenían.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.