El Plan de Pablo y Lisa



En un pueblito pequeño, vivían dos amigos entrañables: Pablo y Lisa. A ambos les gustaba mirar las estrellas y soñar con aventuras. Un día, se sentaron en el patio de la casa de Pablo y empezaron a hacer planes.

"¿Qué plan hacemos hoy, Lisa?" - preguntó Pablo, con su mirada curiosa.

"¡Vamos a construir un castillo de arena en la plaza!" - sugirió Lisa, emocionada.

"¡Sí!" - dijo Pablo, saltando de alegría.

Así, con palas y moldes, los dos amigos se pusieron a trabajar. Pero mientras construían, una nube oscura apareció en el cielo y comenzó a llover.

"¡Ay no!" - lloró Lisa, viendo como su castillo se desmoronaba.

"No te preocupes, Lisa. Podemos hacer algo distinto" - le dijo Pablo, tratando de animarla.

Decidieron entonces mudarse a la casa de Lisa y usar los materiales que tenían en su sala. En poco tiempo, armaron un barco de papel y empezaron a imaginar nuevas aventuras.

"¿A dónde vamos?" - preguntó Lisa, entusiasmada.

"A la isla de los sueños, donde todo es posible" - respondió Pablo, con una gran sonrisa.

Y así, con su barco de papel, navegaron por mares de imaginación. Jugaron a ser piratas y exploradores, descubriendo islas llenas de misterios. En una de esas islas, encontraron un mapa que señalaba un lugar especial.

"Mirá, Lisa, ¡tenemos un mapa!" - gritó Pablo.

"¡Sí! ¿Vamos?" - preguntó Lisa, con gran expectativa.

Sin pensarlo, se pusieron en marcha. Siguieron el mapa y llegaron a un campo lleno de flores. Allí, formaban figuras y colores hermosos que nunca habían visto.

"Esto es maravilloso, Pablo!" - exclamó Lisa, con ojos brillantes.

"Sí, es un lugar mágico" - respondió Pablo.

Mientras exploraban, encontraron una puesta de sol que pintaba el cielo de tonos naranjas y rosados. Se sentaron sobre el pasto a contemplar.

"A veces, las cosas no salen como uno planea, pero siempre se puede encontrar algo mejor" - reflexionó Pablo.

"¡Exacto! Siempre hay que mirar el lado lindo" - añadió Lisa.

Más tarde, al regresar a casa, prometieron que seguirían soñando y explorando. No necesitaban un castillo de arena ni un mar de verdad para vivir grandes aventuras.

Y así, en cada rincón de su pequeña vida, Pablo y Lisa descubrieron que siempre pueden moldear sus sueños, sin importar las circunstancias.

Siempre recordarían que la imaginación no tiene límites, y que estar juntos hace todo más especial.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!