El plan para el lago seco
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Perruna, un perro llamado Martin. Martin era un perro marrón muy divertido y cariñoso que siempre estaba dispuesto a jugar con los otros animales del lugar.
Un día soleado, mientras paseaba por el parque, Martin se encontró con su amigo Ruffo, un simpático gato rayado. "¡Hola, Ruffo! ¿Qué tal tu día?" -dijo Martin moviendo la cola emocionado. "Hola, Martin. Mi día está siendo genial.
Estuve cazando mariposas esta mañana. ¿Y tú?" -respondió Ruffo con una sonrisa. "Estupendo como siempre. ¿Quieres jugar a atrapar la pelota juntos?" -propuso Martin entusiasmado. Ruffo aceptó encantado y juntos pasaron toda la tarde divirtiéndose en el parque.
Pero no todo era diversión para Martin. Había un problema en Villa Perruna: el lago donde solían bañarse los patos se estaba secando debido a la falta de lluvias.
Los patos estaban preocupados porque no tenían otro lugar donde nadar y pescar su comida. Martin decidió ayudar a sus amigos patos y se puso en marcha para encontrar una solución al problema. Recorrió todo el pueblo buscando ideas hasta que finalmente se le ocurrió algo brillante.
"¡Ya sé cómo salvar nuestro lago!" -exclamó Martin emocionado al reunir a todos los animales del pueblo en la plaza central.
Les explicó su plan: organizarían una gran cadena de baldes para llevar agua desde el río más cercano hasta el lago y así llenarlo nuevamente.
Todos los animales colaboraron con entusiasmo y trabajaron juntos durante días llevando agua de un lado a otro hasta lograr su objetivo: ¡el lago volvió a estar lleno! Los patos saltaban de alegría y agradecieron a Martin por su ingeniosa idea y por ser tan solidario con ellos. Desde ese día, todos en Villa Perruna aprendieron lo importante que es trabajar en equipo y ayudarse mutuamente cuando alguien lo necesita.
Y cada vez que veían el lago lleno gracias al esfuerzo de todos, recordaban la valentía y bondad de Martin, el perro marrón más divertido y cariñoso del pueblo.
FIN.