El Plan Verde de la Escuela John F Kennedy
En la escuela John F. Kennedy, todos los chicos eran alegres y curiosos, pero había algo que les preocupaba a todos: cada vez había más basura en el patio. Sebastián, un niño de diez años con una gran imaginación, decidió que era hora de hacer algo al respecto. Un día, se reunió con sus amigos Lucas, un apasionado por la ciencia, y Sofía, una artista excepcional.
"Chicos, necesitamos encontrar una forma de que nuestra escuela sea más limpia y cuidar mejor del medio ambiente", propuso Sebastián.
"¿Cómo lo hacemos?" respondió Lucas con su mirada inquisitiva.
"Podemos empezar reciclando", sugirió Sofía, haciendo un dibujo en su cuaderno sobre cuatro contenedores de diferentes colores.
Sebastián entusiasmado exclamó:"¡Esa es una gran idea! Cada uno podría llevar un cartón, papel y plástico a nuestra clase de arte. Todo lo que no sirva, lo podríamos reutilizar para hacer manualidades."
Los tres amigos se pusieron manos a la obra. Prepararon carteles llamativos para concientizar a sus compañeros sobre la importancia de reciclar y cuidar el planeta. En el recreo, comenzaron a hablar con otros chicos.
"¡No solo tiramos plástico!" decía Sebastián con energía. "¿Sabían que el plástico tarda más de 100 años en descomponerse? Podemos usarlo para hacer cosas nuevas!"
Para su sorpresa, cada vez más compañeros se unían a la causa. Pero un día, un niño llamado Mateo, conocido por ser el más travieso de la escuela, se burló de Sebastián.
"¿Qué tontos son? No va a cambiar nada. La basura siempre va a estar ahí."
Sebastián sintió un pequeño nudo en el estómago, pero no se dio por vencido.
"¡No se trata de cambiarlo todo de una vez!", le contestó. "Se trata de hacer nuestra parte, aunque sea pequeña. Juntos, podemos hacer una diferencia."
Invitaron a Mateo a unirse al grupo, pero él solo se rió y se fue. Sin embargo, ese mismo día, en clase, la maestra les mostró un video sobre el impacto de la contaminación en la Tierra. Sebastián, Lucas y Sofía se miraron, se dieron cuenta de lo importante que era seguir adelante con su plan.
Con determinación, organizaron un evento llamado 'Día Verde' donde todos podían llevar sus elementos reciclables. Prepararon un pequeño taller donde enseñarían a los demás sobre el reciclaje, reutilizar plástico y hacer arte con cosas que generalmente se desechan. El día del evento, la escuela se llenó de color y alegría. Sofía pintó un gran mural con los dibujos de todos, mientras Lucas explicaba a los más pequeños cómo separar la basura correctamente.
Mateo, mirando desde la distancia, se sintió curioso y comenzó a acercarse. Al ver cómo todos se divertían, decidió participar.
"¿Puedo ayudar también?" preguntó con un tono tímido.
Sebastián sonrió y le dijo:"¡Claro! Cuantos más seamos, mejor!"
Y así, Mateo se unió al equipo y rápidamente se dio cuenta de lo importante que era cuidar el medio ambiente. A medida que el día avanzaba, todos aprendieron sobre el reciclaje y cómo reducir la contaminación. Al final del día, Sebastián, Sofía, Lucas y Mateo se sentaron a descansar un poco.
"¿Vieron? Juntos podemos lograr grandes cosas", dijo Sebastián triunfante.
"Sí, a partir de hoy, voy a reciclar en mi casa también," dijo Mateo, sintiéndose orgulloso.
Desde ese día, la escuela John F. Kennedy se convirtió en un ejemplo para otras instituciones. Todos los días, recordarían que pequeños actos pueden llevar a grandes cambios, y que la amistad y el trabajo en equipo son las mejores herramientas para cuidar nuestro hogar, el planeta.
Y así, Sebastián, Lucas, Sofía y Mateo siguieron luchando por un mundo más limpio y hermoso, lleno de ideas brillantes, reciclaje y amistad.
FIN.