El planeta de la luz mágica
Había una vez una niña llamada Valentina, que junto con sus amigos, el cocodrilo Juan, Pedro el puercoespin y Saheli la llama, emprendieron un viaje por el espacio en busca de aventuras.
Un día, al mirar por la ventana de la nave, divisaron un planeta que desprendía una luz mágica y visible desde la distancia. Emocionados, decidieron aterrizar y explorar el nuevo lugar.
Al bajar, fueron recibidos por seres diminutos, pero muy amigables, que les contaron que en su planeta la luz era la energía que alimentaba todo. Fascinados por la idea de un planeta lleno de luz, decidieron aventurarse y descubrir más.
Mientras recorrían el planeta, se encontraron con desafíos emocionantes, como resolver acertijos con la luz y ayudar a diferentes seres a encontrar la luz en sus vidas. Juan, Pedro y Saheli demostraron ser valiosos compañeros, cada uno aportando sus habilidades únicas para ayudar a quienes encontraban en su camino.
Con ingenio y trabajo en equipo, lograron superar cada obstáculo y desafío que se les presentaba. Finalmente, descubrieron que la luz que irradiaba el planeta provenía de un cristal mágico que estaba en peligro de perder su brillo por culpa de la oscuridad que lo rodeaba.
Con valentía, decidieron unir fuerzas para proteger el cristal y devolver la luz al planeta. Al lograrlo, la alegría y la energía positiva llenaron cada rincón, devolviendo la armonía a todos los habitantes del planeta.
Agradecidos, los seres del planeta regalaron a Valentina y sus amigos amuletos especiales que les permitirían llevar consigo la luz mágica a donde quiera que fueran.
Con el corazón lleno de experiencias y aprendizajes, decidieron regresar a casa, sabiendo que la amistad y el trabajo en equipo son la verdadera clave para iluminar la vida de quienes los rodean.
FIN.