El planeta de las deliciosas sorpresas


Había una vez un grupo de amigos muy aventureros llamados Lucas, Sofía y Mateo. Un día, mientras exploraban el bosque cerca de su casa, encontraron una extraña nave espacial escondida entre los árboles.

Intrigados, decidieron subirse a la nave y antes de que se dieran cuenta, despegaron hacia el espacio. Después de un largo viaje, llegaron a un planeta desconocido lleno de colores brillantes y criaturas extrañas.

Al bajar de la nave, se dieron cuenta de que había comida por todas partes. Pero no era comida normal como en la Tierra; aquí había cosas raras para comer. Lucas vio una fruta gigante con rayas verdes y rosadas.

Se acercó y preguntó: "¿Qué es esta fruta tan grande?"Sofía contestó: "Es una Zuzulandia. ¿Te gusta?"Lucas decidió probarla y exclamó emocionado: "¡Me encanta! Es dulce y jugosa. "Mientras tanto, Mateo encontró unas plantas azules que parecían algodón de azúcar.

Le preguntó a Sofía: "-¿Qué son estas plantas tan suaves? ¿Te gustan?"Sofía respondió:"-Son las Azucaritas deliciosas. No me gustan mucho porque son demasiado dulces para mí.

"Después de probar algunas comidas más exóticas como las Bolitronchis crujientes o las Caramelitas saltarinas, los amigos decidieron explorar más el planeta. Caminando por el bosque alienígena llegaron a un lago lleno de peces voladores multicolores.

Lucas se acercó a uno y preguntó:"-¿Qué haces aquí, pececito? ¿Te gusta volar?"El pez contestó:"-Sí, me encanta volar por los cielos de este planeta. Es muy divertido. "Los amigos siguieron explorando y encontraron una montaña de helado que nunca se derretía.

Mateo, que amaba el helado, exclamó:"-¡Esto es increíble! ¿A ti también te gusta el helado?"La montaña de helado respondió:"-Por supuesto, me encanta ser un delicioso postre para todos los habitantes del planeta. "Después de un día lleno de aventuras y comidas exóticas, los amigos decidieron regresar a casa.

Subieron a la nave espacial y despegaron rumbo a la Tierra. Cuando llegaron a su hogar, Lucas, Sofía y Mateo se dieron cuenta de lo agradecidos que estaban por tener comida normal en su planeta. Apreciaban aún más las frutas frescas y las comidas caseras.

Desde aquel día en adelante, Lucas, Sofía y Mateo siempre recordarían su viaje al planeta extraño como una gran aventura llena de sabores inolvidables.

Y así termina esta historia sobre la importancia de probar cosas nuevas y apreciar lo que tenemos cerca nuestro. Recuerda siempre estar abierto a nuevas experiencias ¡y no tengas miedo de probar cosas raras para comer!

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