El poder de Astropez



aba. Desde pequeño, Astropez sabía que era diferente a los demás niños de su edad. Mientras ellos jugaban en el parque o estudiaban matemáticas en la escuela, él exploraba galaxias lejanas y descubría planetas desconocidos.

Un día, mientras volaba por el espacio interestelar, Astropez se encontró con una nave espacial averiada. Dentro de ella había un alienígena muy amable que necesitaba ayuda para reparar su nave y regresar a su planeta natal. "Hola, soy Astropez.

¿Puedo ayudarte en algo?" -preguntó con amabilidad. El alienígena, sorprendido al ver a alguien tan joven con poderes cósmicos, le explicó la situación y Astropez no dudó en ofrecerle su ayuda.

Juntos trabajaron durante horas para arreglar la nave espacial. El alienígena estaba muy agradecido y emocionado de poder regresar a casa gracias a la generosidad de Astropez. "¡Muchas gracias, Astropez! Nunca olvidaré tu bondad y valentía", dijo el alienígena antes de partir hacia las estrellas.

A partir de ese día, la fama de Astropez como héroe intergaláctico se extendió por todo el universo. Muchos seres extraterrestres acudían a él en busca de ayuda y consejo.

Sin embargo, a pesar de su fama y poderes cósmicos, Astropez nunca perdió la humildad ni dejó de ayudar a quienes lo necesitaban. Siempre recordaba las palabras de sus padres: "Con grandes poderes vienen grandes responsabilidades".

Un día, mientras volaba por una nebulosa brillante, se encontró con una civilización pacífica que estaba siendo amenazada por un asteroide gigante que se dirigía hacia su planeta. Sin dudarlo ni un segundo, Astropez utilizó sus poderes para desviar el asteroide y salvar al planeta y a sus habitantes.

La civilización entera lo aclamó como su salvador y le construyeron una estatua en su honor. Astropez aprendió que no importa cuán poderoso seas o cuántos logros alcances si no usas tus habilidades para hacer el bien en el universo.

Y así continuó surcando los cielos estrellados, llevando esperanza y alegría a todos los rincones del cosmos con sus actos heroicos y su corazón noble.

Porque al final del día, lo más importante no es cuánto puedas volar o qué tan lejos llegues; sino cuánto amor puedas compartir con aquellos que te rodean.

FIN.

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