El Poder de Dos Corazones


Había una vez una niña llamada Sofía, que siempre se encontraba en un constante dilema. Dentro de su cabeza vivían dos pequeños personajes: Conciencia Buena y Conciencia Mala. Siempre estaban discutiendo sobre qué decisiones tomar en la vida.

Un día, mientras Sofía caminaba por el parque, vio a un perrito abandonado. La Conciencia Buena le decía: "Sofía, debemos ayudar al perrito, darle comida y buscarle un hogar amoroso".

Pero la Conciencia Mala le susurraba al oído: "No te metas en problemas, no es tu responsabilidad". Sofía se sintió confundida y no sabía qué hacer. Decidió ir a casa y pensar detenidamente sobre ello. Esa noche, mientras dormía, tuvo un sueño muy especial.

En su sueño, Sofía se encontró en medio de un camino con dos puertas frente a ella. Una tenía una etiqueta que decía —"Bueno"  y la otra tenía una etiqueta que decía —"Malo" .

Sin pensarlo dos veces, abrió la puerta del —"Bueno"  y entró. Dentro de esa habitación había muchos libros coloridos que flotaban en el aire.

Cada libro representaba una buena acción que Sofía podía hacer en su vida diaria; como ayudar a los demás sin esperar nada a cambio o ser amable con todos. Después de explorar esa habitación durante algún tiempo, Sofía decidió abrir la puerta del —"Malo" . Para su sorpresa, allí dentro solo había oscuridad y silencio absoluto.

No había nada interesante ni emocionante. Al despertar, Sofía entendió que la Conciencia Buena siempre le mostraba el camino correcto y la hacía sentir bien consigo misma. La Conciencia Mala solo le traía dudas y tristeza.

A partir de ese día, Sofía decidió escuchar a su Conciencia Buena en cada situación. Aprendió a hacer buenas acciones todos los días, como ayudar a sus amigos en la escuela o reagarrar la basura del parque.

Con el tiempo, Sofía se dio cuenta de que las buenas acciones generaban un efecto positivo en su vida y en las personas que la rodeaban. Se hizo más feliz y notó que los demás también estaban más felices cerca de ella.

Desde aquel sueño, Sofía se convirtió en una niña llena de amor y bondad. La Conciencia Buena era ahora su mejor amiga y juntas lograron cambiar el mundo para mejor.

Y así, con una sonrisa en su rostro, Sofía siguió adelante haciendo el bien todos los días. Porque había aprendido que cuando escuchas a tu corazón y sigues tu conciencia buena, siempre encontrarás el camino hacia la felicidad verdadera.

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