El poder de Flor y la magia de diciembre
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Flor de Diciembre, una niña llamada Flor. Flor era una niña muy curiosa y soñadora, siempre buscando aventuras y cosas nuevas por descubrir.
Un día, mientras paseaba cerca del mar, Flor encontró algo brillante entre las rocas. Era una hermosa mariposa de colores vivos y resplandecientes. Sin pensarlo dos veces, la niña decidió seguirla para ver a dónde la llevaría.
La mariposa volaba rápido pero Flor no se daba por vencida. Corría tras ella sin importarle el cansancio. Finalmente, llegaron a un bosque encantado lleno de árboles altos y misteriosos.
Flor se adentró en el bosque siguiendo a la mariposa hasta que llegaron a un claro donde había más mariposas volando alrededor. Pero estas no eran como las demás; tenían poderes mágicos.
Una de ellas se acercó a Flor y le dijo: "¡Bienvenida al Bosque Mágico de las Mariposas! Soy Margarita y todas nosotras tenemos habilidades especiales". Flor estaba asombrada y emocionada al mismo tiempo. Nunca había visto algo tan increíble antes. Margarita le explicó que cada mariposa tenía su propio poder mágico único que utilizaban para ayudar a los demás.
"¿Y yo? ¿Tengo algún poder mágico?", preguntó ansiosa Flor. Margarita sonrió y respondió: "Todos tenemos dentro nuestro un poder especial esperando ser descubierto, solo tienes que creer en ti misma y confiar en tu intuición".
Flor se sintió inspirada por las palabras de Margarita. Decidió explorar el bosque y descubrir su propio poder mágico. Durante días, probó diferentes cosas: cantar, bailar, pintar, pero nada parecía funcionar.
Un día, mientras caminaba cerca de un río cristalino, Flor vio a una tortuga llorando desconsoladamente. Se acercó a ella y le preguntó qué le sucedía. La tortuga explicó que había perdido su caparazón protector y ahora se sentía vulnerable y triste. Flor sintió empatía por la tortuga y decidió ayudarla.
Con mucho cuidado, Flor recogió algunas hojas del bosque y las fue pegando en el caparazón de la tortuga para protegerla. La tortuga sonrió y se sintió agradecida.
De repente, algo mágico ocurrió: las hojas comenzaron a brillar intensamente hasta formar un hermoso diseño en el caparazón de la tortuga. Era el poder mágico de Flor: tenía la habilidad de transformar cosas simples en algo especial.
Las demás mariposas llegaron al lugar emocionadas al ver el nuevo poder de Flor. Celebraron juntas con risas y alegría. A partir de ese día, Flor se convirtió en una miembro más del Bosque Mágico de las Mariposas. Flor aprendió muchas lecciones importantes durante su tiempo en el bosque mágico.
Descubrió que todos somos especiales a nuestra manera y que cada uno tiene un talento único esperando ser descubierto.
Además, aprendió que la verdadera magia no está en los poderes mágicos, sino en el amor y la ayuda que brindamos a los demás. Y así, Flor de Diciembre se convirtió en un lugar lleno de alegría y magia.
La niña nunca dejó de soñar y buscar aventuras, pero ahora lo hacía con una confianza renovada en sí misma y en su propio poder mágico.
FIN.