El Poder de Hacer el Bien


Érase una vez, en la hermosa ciudad de Jonacatepec, un niño llamado Jefte. Jefte era un niño muy alegre y curioso que siempre buscaba nuevas aventuras para vivir.

Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, Jefte encontró algo brillante entre los arbustos. Se acercó cautelosamente y descubrió que era un pequeño ganso dorado. ¡Era el ganso de oro! Jefte no podía creer su suerte.

Sabía que ese ganso tenía poderes mágicos y podría ayudarlo a cumplir sus sueños. Jefte decidió llevar al ganso a casa para cuidarlo y aprovechar todos los beneficios que le traería. Desde aquel día, cada mañana el ganso pondría un huevo dorado en su cama mientras él dormía.

Los huevos dorados eran tan especiales que podían convertirse en cualquier cosa que uno deseara. Jefte estaba emocionado con esta nueva habilidad del ganso de oro y comenzó a usar los huevos para hacer cosas maravillosas.

Un día, decidió utilizar uno de ellos para construir una biblioteca para toda la comunidad. El huevo se convirtió en ladrillos y pronto la biblioteca estuvo lista.

La gente del pueblo quedó impresionada con el trabajo de Jefte y empezaron a visitar la biblioteca todos los días. Los niños disfrutaban leyendo cuentos fantásticos, aprendiendo sobre diferentes culturas e investigando sobre temas interesantes. Pero no todo fue color de rosa para Jefte y su preciado tesoro.

Una tarde soleada, mientras Jefte y el ganso de oro caminaban por el centro de la ciudad, un grupo de ladrones se acercó a ellos. Los ladrones habían escuchado sobre los huevos dorados del ganso y querían apoderarse de ellos.

"¡Entrega ese ganso y sus huevos dorados ahora mismo!"- gritó el líder de los ladrones. Jefte, asustado pero valiente, se negó a entregar al ganso.

Sabía que no podía dejar que aquellos malvados se aprovecharan de su poder mágico para hacer cosas malas. Los ladrones intentaron quitarle el ganso a la fuerza, pero Jefte tuvo una idea brillante. Tomó uno de los huevos dorados y lo lanzó al suelo.

El huevo se convirtió en una nube gigante que cubrió la vista de los ladrones. Mientras los ladrones estaban confundidos, Jefte tomó al ganso y corrió hacia la plaza del pueblo donde había un grupo de policías. Les contó rápidamente lo sucedido y juntos fueron a detener a los ladrones.

Después de ese día, Jefte decidió usar el poder del ganso solo para hacer cosas buenas en su comunidad. Ayudaba a construir casas para las personas necesitadas, plantaba árboles en parques abandonados y organizaba actividades divertidas para los niños.

La historia sobre Jefte y el ganso de oro se extendió por toda la ciudad. La gente comenzó a seguir su ejemplo y todos trabajaron juntos para hacer que Jonacatepec fuera un lugar mejor para vivir.

Y así, gracias al valor y la bondad de Jefte, la ciudad de Jonacatepec se convirtió en un lugar lleno de alegría, solidaridad y prosperidad. La historia del ganso de oro siempre sería recordada como una inspiración para las futuras generaciones.

Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

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