El poder de hacer felices
Había una vez un niño llamado Juan que tenía una enfermedad renal. Debido a su condición, Juan tenía que pasar mucho tiempo en el hospital y se perdía muchas cosas divertidas que hacían sus amigos.
Un día, mientras estaba en el hospital, Juan descubrió que tenía superpoderes. Podía mover objetos con la mente y volar por los aires. Al principio, estaba asustado y no sabía qué hacer con sus poderes.
Pero pronto se dio cuenta de que podía usar sus habilidades para ayudar a otros niños enfermos como él. Empezó a visitar las habitaciones de los pacientes del hospital y les enseñaba trucos mágicos con sus poderes.
Los niños se emocionaban al verlo levitar objetos y reírse cuando les hacía aparecer dulces de la nada. Juan también usó su capacidad para ayudar al personal del hospital. Cuando alguien necesitaba algo en una habitación lejana o pesada, él lo movía sin esfuerzo alguno.
Pero un día todo cambió cuando un nuevo paciente llegó al hospital: era un niño muy malhumorado llamado Tomás. Tomás siempre estaba enfadado y no quería hablar con nadie. Juan decidió acercarse a él e intentar hacerlo sonreír usando sus superpoderes.
Pero Tomás simplemente lo ignoró y continuó gruñendo. Frustrado pero determinado, Juan decidió ir más allá para ayudarlo. Usando su habilidad telequinética llevó algunos juguetes favoritos de Tomás desde su casa hasta el hospital para sorprenderlo.
Cuando Tomás vio todos los juguetes nuevos frente a él, finalmente sonrió y comenzó a jugar con ellos. Juan se sintió feliz de haber ayudado a Tomás y finalmente lo hizo sentir mejor.
Desde ese día, Tomás empezó a abrirse más y más. Juan seguía visitándolo todos los días y juntos jugaban con sus superpoderes. A medida que pasaba el tiempo, Juan se dio cuenta de que su enfermedad renal ya no era tan importante como lo era antes.
Ahora tenía algo aún más especial: la capacidad de hacer felices a otras personas.
Mientras volaba por el hospital, mirando hacia abajo hacia todas las sonrisas en los rostros de los niños enfermos, supo que había encontrado su verdadero propósito en la vida: ayudar a otros. Y así es como un niño con una enfermedad renal descubrió sus superpoderes y cambió la vida de muchas personas para siempre.
FIN.