El poder de la amabilidad



Hasta que un día, llegó a la escuela una nueva estudiante llamada Sofía. Sofía era una niña valiente y decidida, no le tenía miedo a Nicolás y siempre se enfrentaba a él cuando lo veía molestando a sus compañeros.

Un día, mientras todos los estudiantes estaban en el patio de la escuela, Nicolás decidió acercarse a Sofía para intimidarla como hacía con los demás. Se paró frente a ella con una mirada desafiante.

- ¿Qué haces aquí? - dijo Nicolás con tono arrogante. Sofía lo miró directamente a los ojos y sin inmutarse respondió:- Estoy aquí para demostrarte que no puedes seguir intimidando a tus compañeros. Todos merecen ser tratados con respeto.

Nicolás se sorprendió por la respuesta de Sofía. Nadie antes le había hablado así, pero en lugar de enfadarse, algo dentro de él comenzó a cambiar. Por primera vez en mucho tiempo, alguien le estaba mostrando amabilidad y compasión.

Los días pasaron y Nicolás empezó a observar cómo Sofía interactuaba con los demás estudiantes. Siempre estaba dispuesta ayudarlos y nunca dejaba que nadie fuera excluido o maltratado. Era amable y generosa con todos.

Poco a poco, Nicolás fue sintiendo admiración por ella y decidió imitar su actitud positiva. Empezó por disculparse con aquellos que había lastimado anteriormente e intentar hacer las paces. Al principio encontró resistencia por parte de algunos compañeros, pero persistió hasta lograr ganarse su confianza nuevamente.

Con el tiempo, Nicolás se convirtió en una persona completamente diferente. Dejó de intimidar a los demás y se convirtió en un líder positivo para su grupo de amigos.

Juntos, comenzaron a realizar actividades solidarias y a promover la inclusión en la escuela. La transformación de Nicolás no pasó desapercibida para los profesores y directivos del colegio. Todos quedaron sorprendidos por el cambio positivo que había experimentado.

Decidieron premiar su esfuerzo y dedicación nombrándolo "Estudiante Ejemplar del Año". En la ceremonia de premiación, Nicolás subió al escenario con lágrimas en los ojos.

Miró a Sofía, quien estaba entre el público, y le dedicó unas palabras emocionadas:- Gracias Sofía por mostrarme que todos tenemos la capacidad de cambiar y ser mejores personas. Tú fuiste mi inspiración y siempre estaré agradecido contigo. Sofía sonrió orgullosa desde su asiento y supo que había hecho algo importante en la vida de Nicolás.

Desde ese día, Nicolás se convirtió en defensor de aquellos que eran víctimas de bullying. Junto con Sofía, trabajaron juntos para crear un ambiente seguro y amigable en la escuela.

Y así fue como una pequeña niña llamada Sofía demostró que con amor, compasión e integridad se pueden generar cambios profundos en las personas más difíciles. La historia de Nicolás sirvió como ejemplo para todos los estudiantes del colegio, quienes aprendieron el valor del respeto mutuo y la importancia de ayudarse unos a otros.

Fin

FIN.

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