El poder de la amabilidad en Encantia



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Encantia, donde todos los niños y niñas soñaban con ser princesas y príncipes. Sin embargo, no tenían castillos ni carruajes mágicos para hacer realidad sus sueños.

Un día, la bruja del bosque decidió ayudar a estos niños y niñas a cumplir sus deseos. Con su varita mágica, creó escobas voladoras que solo funcionaban si los pequeños las hechizaban con palabras positivas y amables.

Los rumores del increíble regalo de la bruja se extendieron rápidamente por todo el pueblo. Los niños y niñas estaban emocionados por tener la oportunidad de convertirse en verdaderas princesas.

Por supuesto, había algunas reglas importantes que debían seguir: nunca usar las escobas para hacer travesuras o lastimar a otros. Una mañana soleada, en el patio de una pequeña escuela llamada Alegría Infantil, los niños y niñas se reunieron ansiosos para recibir sus escobas mágicas de manos de la bruja.

Cada uno recibió una escoba especial con colores brillantes y purpurina. Entre ellos se encontraba Sofía, una niña muy dulce y amable que siempre ayudaba a los demás sin esperar nada a cambio.

En cuanto tomó su escoba entre las manos, dijo con voz firme: "Mi escoba será mi aliada para llevar alegría al mundo". De repente, todas las escobas comenzaron a levitar delante de ellos. Los pequeños estaban encantados mientras volaban por encima del pueblo junto a sus nuevas amigas voladoras.

Sofía estaba emocionada de tener la oportunidad de ayudar a las personas y hacer del mundo un lugar mejor. Mientras volaba, encontró a Juanito, un niño tímido que siempre se escondía en su capa.

Sofía decidió acercarse y le dijo: "¡Hola! ¿Quieres volar conmigo?"Juanito dudó al principio, pero después de ver la sonrisa sincera de Sofía, aceptó su invitación. Juntos, volaron por encima de las casas y el río, disfrutando del viento en sus rostros.

Mientras tanto, los otros niños y niñas también estaban explorando Encantia con sus escobas mágicas. Algunos ayudaron a reagarrar basura para mantener limpio el pueblo, mientras que otros llevaron comida a los ancianos que vivían solos.

No pasó mucho tiempo antes de que todos en Encantia notaran los cambios positivos que estaban ocurriendo gracias a estos pequeños héroes voladores. La bruja estaba muy orgullosa de ellos.

Un día, mientras Sofía y Juanito volaban juntos sobre el bosque encantado, escucharon una voz débil pidiendo ayuda desde lo profundo del bosque. Rápidamente siguieron el sonido hasta llegar a una pequeña cabaña donde encontraron a una princesa atrapada por un hechizo maligno. Sofía sabía exactamente qué hacer.

Usando su escoba mágica y palabras amables, deshizo el hechizo malvado que mantenía prisionera a la princesa. Todos celebraron su liberación con alegría y gratitud. La noticia se extendió rápidamente y la princesa decidió agradecer personalmente a Sofía y Juanito.

Les ofreció convertirse en los príncipes y herederos del reino, pero ambos amiguitos rechazaron la oferta con una sonrisa. "No necesitamos ser príncipes o princesas para hacer el bien", dijo Sofía. "Ya somos felices ayudando a los demás".

Y así, Encantia se convirtió en un lugar lleno de amor, bondad y solidaridad gracias al poder de las escobas mágicas y las palabras amables de los niños y niñas que vivían allí.

Desde ese día, todos recordaron que no importaba si eran príncipes o princesas, sino cómo usaban su magia interior para hacer del mundo un lugar mejor.

Y eso es lo que aprendieron Sofía, Juanito y todos sus amigos en Alegría Infantil: el verdadero poder está en nuestros corazones cuando elegimos ser amables con los demás. Y así, vivieron felices para siempre, volando por el cielo de Encantia mientras compartían su amor con todo aquel que encontraban en su camino.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!