El poder de la amistad



un día soleado de primavera. Él se divertía en los columpios y toboganes, corriendo por todos lados con su pelota de fútbol. De repente, Martin vio a un niño nuevo en el parque que parecía estar solo y triste.

Decidió acercarse a él para hacerle compañía. "¿Hola! ¿Cómo te llamas?"- preguntó Martin al niño. "Me llamo Juan"- respondió tímidamente el niño. Martin notó que Juan tenía una cicatriz en la mejilla y decidió no preguntar al respecto.

En vez de eso, propuso jugar juntos al fútbol. Los dos niños empezaron a patear la pelota entre ellos mientras se reían y disfrutaban del juego.

Pronto, otros niños del parque se unieron a ellos y formaron dos equipos para jugar un partido de fútbol divertido. El equipo de Martin ganó el partido gracias a su habilidad con la pelota.

Pero lo más importante fue que Juan ya no estaba triste sino feliz por haber encontrado nuevos amigos en el parque. Después del partido, los niños compartieron sus jugos y galletas mientras charlaban sobre sus vidas.

Fue entonces cuando Martin se enteró de que Juan había sido víctima de bullying en su antigua escuela por su cicatriz. Martin recordaba haber leído sobre cómo las palabras pueden herir profundamente a alguien, así que decidió hablar con sus amigos sobre ser amables y respetuosos con todos sin importar cómo luzcan o hablen.

A partir de ese día, Martin hizo muchos nuevos amigos en el parque gracias a su amabilidad hacia Juan. Y aunque todavía jugaban al fútbol, también se aseguraba de que todos los niños se sintieran incluidos en sus juegos y conversaciones.

La moraleja de esta historia es que la amabilidad puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien. Siempre debemos tratar a los demás con respeto y consideración sin importar su apariencia o antecedentes.

FIN.

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