El poder de la amistad



Había una vez dos amigas llamadas Abril y Nicole que estaban muy emocionadas porque iban a ir juntas a un campamento de verano. Ambas eran valientes y siempre buscaban nuevas aventuras.

Llegó el día del campamento y las chicas se encontraron en la escuela para partir hacia la montaña donde se encontraba el campamento. El viaje en autobús fue muy divertido, cantaron canciones y compartieron muchas risas.

Al llegar al campamento, fueron recibidas por los monitores y les asignaron sus cabañas. Abril y Nicole estaban emocionadas por pasar una semana llena de diversión en medio de la naturaleza. La primera noche, después de cenar, las chicas decidieron explorar los alrededores.

Caminaron por el bosque oscuro mientras contaban historias de terror entre risas nerviosas. De repente, escucharon un ruido extraño detrás de ellos. - ¿Qué fue eso? -preguntó Nicole asustada. - No lo sé, pero deberíamos investigarlo -respondió Abril con valentía.

Siguiendo el sonido, llegaron a una pequeña cueva oculta entre los árboles. Se acercaron con cautela y vieron unas extrañas inscripciones en las paredes que parecían ser hechas por alguien hace mucho tiempo.

De repente, un escalofrío recorrió sus cuerpos cuando apareció un hombre misterioso vestido todo de negro frente a ellas. Tenía ojos rojos como brasas encendidas y una sonrisa malvada en su rostro. - ¡Soy el Diablo! -dijo el hombre misterioso-.

He estado atrapado en esta cueva durante siglos y necesito vuestra ayuda para ser libre. Abril y Nicole se miraron, asustadas pero decididas a enfrentar el desafío. No podían dejar que el Diablo los engañara.

- ¿Qué podemos hacer para ayudarte? -preguntó Abril, aunque en su interior sabía que no debían caer en las garras del mal. El Diablo sonrió aún más ampliamente y dijo: "Si queréis liberarme, tendréis que encontrar tres objetos mágicos escondidos en el campamento". Las chicas aceptaron el desafío y comenzaron su búsqueda.

Durante toda la noche recorrieron cada rincón del campamento, buscando pistas y resolviendo acertijos. Al amanecer, encontraron el primer objeto mágico: una llave dorada que abría la puerta de la cabaña donde se encontraban los monitores.

El segundo objeto era un collar brillante que estaba enterrado cerca del lago. El último objeto mágico resultó ser un libro antiguo con hechizos protectores que estaba oculto en la biblioteca del campamento.

Con estos tres objetos juntos, las chicas regresaron a la cueva donde se encontraba el Diablo. - ¡Aquí están! -exclamó Abril mientras mostraba los objetos al Diablo-. Ahora cumple tu parte del trato y libéranos de tus garras malignas.

El Diablo gruñó furioso cuando vio los objetos mágicos reunidos frente a él. De repente, una luz brillante envolvió todo su cuerpo y desapareció sin dejar rastro alguno. Abril y Nicole se abrazaron emocionadas, habían logrado vencer al Diablo y salvarse a sí mismas.

Regresaron al campamento donde fueron recibidas como heroínas por los demás campistas. A partir de ese día, Abril y Nicole se dieron cuenta de lo importante que era trabajar juntas y no dejarse llevar por el miedo.

Aprendieron que la valentía y la amistad pueden superar cualquier obstáculo, incluso a un diablo. Y así, las dos amigas continuaron su aventura en el campamento de verano, disfrutando cada momento y creando recuerdos inolvidables que atesorarían para siempre.

FIN.

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