El poder de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo, un niño llamado Josué que soñaba con ser un súper héroe.

Todos los días corría por las calles con una capa improvisada y una máscara de cartón, imaginando que salvaba al mundo de peligrosos villanos. Un día, mientras patrullaba su vecindario en busca de aventuras, Josué vio a un niño en una silla de ruedas. Se acercó lentamente y le preguntó: "¿Hola, cómo te llamas?".

El niño sonrió y respondió: "¡Hola! Soy Martín". Josué se sorprendió al ver la alegría en los ojos de Martín a pesar de estar en una silla de ruedas. Él era realmente un super niño.

"¿Por qué estás en esa silla?", preguntó Josué con curiosidad. "Tengo dificultades para caminar, pero eso no me impide ser feliz y disfrutar la vida", dijo Martín con una sonrisa radiante. Josué quedó impresionado por la actitud positiva de Martín y decidió pasar más tiempo con él.

Juntos jugaron juegos de mesa, contaron historias divertidas y exploraron el parque del pueblo. Un día, mientras paseaban por el parque, escucharon gritos de ayuda.

Vieron a un gato atrapado en lo alto de un árbol y sin pensarlo dos veces, Josué se ofreció a ayudar. "¡No te preocupes Martín! ¡Voy a salvar al gato como todo buen super héroe!", exclamó Josué decidido.

Martín lo miró con admiración y le dijo: "¡Eres mi héroe!"Josué trepó el árbol valientemente usando sus habilidades atléticas adquiridas durante sus juegos diarios. Rescató al gato asustado y lo devolvió sano y salvo a tierra firme. "¡Lo lograste! Eres increíble", exclamó Martín emocionado.

Josué se sintió orgulloso de haber podido ayudar gracias a su valentía e ingenio. Comprendió que ser un verdadero héroe no siempre significaba tener poderes sobrenaturales, sino demostrar bondad y solidaridad hacia los demás.

Desde ese día, Josué continuó siendo amigo de Martín y juntos vivieron muchas aventuras emocionantes. Aprendió que la diversidad funcional no limita la capacidad de alguien para ser especial o extraordinario; simplemente es parte de lo que hace única a cada persona.

Y así, Josué descubrió que aunque él quería ser un superhéroe como los personajes de sus cómics favoritos, ya tenía ante sí al mejor ejemplo: su amigo Martín; el verdadero super niño lleno de coraje, alegría e inspiración.

FIN.

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