El poder de la amistad en el Club de Lectura



años, estábamos listos para enfrentar nuevos desafíos y aprender cosas emocionantes.

En nuestra clase de 5 años, teníamos a la maestra Laura, una mujer amable y divertida que siempre nos animaba a ser valientes y a descubrir el mundo con curiosidad. Un día, llegó al colegio un nuevo niño llamado Lucas. Era tímido y reservado, pero todos estábamos emocionados de tenerlo en nuestro grupo. Desde el primer día, intentamos acercarnos a Lucas y hacerlo sentir parte del equipo.

Jugábamos juntos en el patio durante los recreos y compartíamos nuestros juguetes favoritos. Pero había algo que preocupaba a Lucas: no sabía leer.

Un día, mientras estábamos en clase escuchando una historia sobre un valiente pirata llamado Capitán Rayo Azul, Lucas se acercó tímidamente a la maestra Laura. - Maestra Laura, ¿puedo hablar contigo? -preguntó Lucas con voz temblorosa. - Claro que sí, Lucas. ¿Qué sucede? -respondió la maestra con ternura.

- Es que yo no sé leer como mis compañeros. Me siento triste porque quiero poder disfrutar de las historias como ellos -confesó Lucas avergonzado. La maestra Laura sonrió comprensivamente y le dijo:- No te preocupes, Lucas. Cada uno aprende a su propio ritmo.

Y estoy segura de que muy pronto estarás leyendo tus propias historias llenas de aventuras increíbles. Lucas asintió tímidamente pero aún sentía inseguridad respecto a sus habilidades de lectura. Esa tarde, la maestra Laura tuvo una idea.

Decidió crear un club de lectura en el que todos los niños pudieran participar, sin importar su nivel de lectura. El objetivo era fomentar el amor por los libros y ayudarse mutuamente a mejorar.

El primer día del club de lectura, nos reunimos todos en un rincón acogedor de la clase. Cada uno llevaba su libro favorito y compartía sus pensamientos sobre él.

Lucas se sentía un poco incómodo al principio, pero pronto se dio cuenta de que no había razón para preocuparse. - ¡Me encanta este libro! -exclamó Sofía mientras mostraba las coloridas ilustraciones de su cuento. - ¡Yo también tengo uno así! -dijo Juan emocionado. Poco a poco, empezamos a intercambiar libros y recomendaciones entre nosotros.

Lucas descubrió que leer no solo era divertido sino también una forma maravillosa de aprender y explorar nuevos mundos. Con el tiempo, nuestra amistad creció aún más fuerte gracias al club de lectura.

Nos apoyábamos mutuamente en nuestros desafíos literarios y celebrábamos cada nuevo logro con entusiasmo.

Un día, cuando ya estábamos cerca del final del año escolar, la maestra Laura anunció que íbamos a hacer una presentación especial para nuestros padres utilizando nuestras habilidades recién adquiridas en lectura. Estábamos emocionados ante la idea de mostrarles lo mucho que habíamos aprendido durante el año. Pero Lucas seguía sintiéndose inseguro sobre su capacidad para leer frente a todos esos adultos.

- No te preocupes, Lucas -le dijo Martina-, todos estamos aquí para apoyarte. Juntos podemos hacerlo. Lucas sonrió, sintiendo el calor de la amistad que lo rodeaba. Con cada ensayo, su confianza crecía y se daba cuenta de que no tenía nada que temer.

Llegó el día de la presentación y Lucas se paró frente a todos los padres con valentía. Tomó un libro de aventuras y comenzó a leer en voz alta con una seguridad sorprendente.

Los padres estaban impresionados por su habilidad y aplaudieron emocionados al finalizar su lectura. Lucas miró orgulloso a sus amigos, sabiendo que sin ellos no habría llegado tan lejos.

El año escolar llegaba a su fin y nos despedimos del colegio Virgen del Fresno con alegría en nuestros corazones. Aprendimos que juntos podemos superar cualquier obstáculo y que la amistad es una fuerza poderosa capaz de ayudarnos a alcanzar nuestras metas más grandes.

Y así fue como Erase una vez, un grupo de niños de 5 años, vivieron muchas aventuras en el cole Virgen del Fresno y descubrieron el poder transformador de la amistad y la lectura. Fin.

FIN.

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