El poder de la bondad



Había una vez un chico llamado Juanito que vivía en un pequeño pueblo. Un día, mientras caminaba por la calle, encontró a un perro callejero muy triste y abandonado. "¡Hola perrito! ¿Estás perdido?"- preguntó Juanito con ternura.

El perro movió su cola y lamió la mano de Juanito, demostrando que estaba feliz de haber encontrado a alguien amable. Juanito decidió llevar al perro a su casa y cuidarlo como si fuera parte de su familia.

Le dio un nombre: —"Rocky" . Juntos, comenzaron a explorar el vecindario y se hicieron inseparables. Un día, mientras jugaban en el parque, una paloma herida cayó del cielo frente a ellos.

Rocky ladró para llamar la atención de Juanito y juntos corrieron hacia la paloma. "Tranquila amiguita, no te haremos daño"- dijo Juanito mientras acariciaba suavemente las plumas de la paloma. Decidieron llevarla a casa para cuidarla hasta que pudiera volar nuevamente.

La llamaron —"Plumita"  y le dieron mucho amor y atención hasta que se recuperara completamente. Con el tiempo, las noticias sobre los actos valientes de Juanito llegaron a oídos del dueño de una oficina local llamada "La Ofi".

Este hombre estaba impresionado por el corazón bondadoso del chico e invitó a Juanito a trabajar allí durante sus vacaciones escolares. Juanito aceptó emocionado y comenzó su primer día en "La Ofi". Allí conoció al bebé más adorable llamado Martín, hijo del jefe de la oficina.

Martín era un bebé muy inquieto y siempre lloraba. Juanito se acercó a Martín y le sonrió. El bebé dejó de llorar al instante y comenzó a reírse. Los demás empleados quedaron asombrados por este milagro.

A medida que pasaban los días, Juanito descubrió que el amor y la amabilidad eran poderosas herramientas para resolver problemas en "La Ofi".

Comenzó a ayudar a sus compañeros de trabajo con cualquier cosa que necesitaran, desde hacer café hasta organizar archivos. Un día, mientras jugaba con Rocky y Plumita en el parque, recibió una llamada del jefe de la oficina.

Le dijeron que había sido contratado oficialmente como empleado permanente debido a su increíble actitud positiva y su capacidad para hacer felices a los demás. Juanito estaba emocionado pero también preocupado por dejar atrás a Rocky, Plumita y Martín.

Sin embargo, se dio cuenta de que había encontrado nuevos hogares para cada uno de ellos: Rocky sería adoptado por una familia cariñosa del vecindario; Plumita volaría libremente con otras palomas en el parque; y Martín estaría rodeado de amor en casa junto a su papá.

Desde ese día, Juanito trabajó arduamente en "La Ofi" utilizando su bondad para traer alegría a todos los empleados. Se convirtió en un ejemplo inspirador para otros niños y adultos por igual.

Y así es como Juanito aprendió que no importa cuán pequeños o grandes sean nuestros actos de bondad, siempre pueden tener un gran impacto en las vidas de los demás. Y a veces, cuando compartimos amor y amabilidad, el universo nos recompensa con cosas maravillosas.

FIN.

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