El Poder de la Solidaridad


Luciano era un niño muy activo y deportivo. Le encantaba correr, saltar y jugar al fútbol con sus amigos en el parque cerca de su casa. Pero su actividad favorita era competir en carreras.

Hoy era un día especial para Luciano, ya que tenía una carrera importante en la escuela. Había estado entrenando duro durante semanas y estaba seguro de que podía ganar.

Cuando se despertó esa mañana, se sintió muy feliz y emocionado por lo que le esperaba ese día. Se levantó temprano, desayunó bien y se puso su mejor ropa deportiva. Al llegar a la escuela, vio a todos sus compañeros preparándose para la carrera.

Algunos estaban nerviosos, otros estaban confiados como él mismo. Pero todos compartían el mismo sentimiento: la emoción por competir. La carrera comenzó y Luciano salió corriendo tan rápido como pudo. Estaba liderando el grupo cuando de repente tropezó con una piedra en el camino.

Cayó al suelo y sintió un dolor agudo en su tobillo derecho. - ¡Ay! -gritó Luciano mientras se sostenía el tobillo-. No puedo seguir corriendo... Sus compañeros se detuvieron a ver qué había pasado.

- ¿Estás bien? -preguntaron preocupados varios de ellos- Me duele mucho el tobillo...

no creo que pueda continuar -respondió Luciano tristemente mientras lágrimas aparecían en sus ojosLos demás niños no sabían qué hacer para ayudarlo hasta que uno de ellos tuvo una idea brillante:- ¡Vamos a cargarlo entre todos! Así podemos terminar la carrera juntos. Y así fue como los compañeros de Luciano lo levantaron en brazos y continuaron la carrera juntos.

A pesar de que no fueron los primeros en llegar a la meta, se sintieron felices por haber terminado juntos y apoyándose mutuamente. Después de la carrera, el profesor les dijo a todos:- Esta es una gran lección para todos ustedes.

La competencia no siempre se trata de ganar, sino también de apoyarse mutuamente y trabajar juntos para lograr un objetivo común. Luciano aprendió una gran lección ese día: que no importa si gana o pierde, lo importante es hacerlo con honestidad y respeto hacia los demás.

Y así siguió practicando deportes con sus amigos, disfrutando cada momento en equipo y aprendiendo siempre algo nuevo.

Dirección del Cuentito copiada!